Oriente Próximo, Política

Un diplomático de Canadá denuncia que sus tropas practicaron torturas en Afganistán

El que fuera “número dos” de la embajada de Canadá en Afganistán en 2006 y 2007, el diplomático Richard Colvin, dijo el miércoles ante una comisión especial de la Cámara de los Comunes que el país americano “encubrió nuestras prácticas de detención bajo un secretismo extremo”.

Declaración en el Parlamento

Richard Colvin trabaja en la actualidad como oficial de Inteligencia en la Embajada de Canadá en EEUU. Durante su declaración ante la Cámara de los Comunes candiense dijo que "nuestras prácticas de detención fueron impropias de los canadienses, contraproducentes y probablemente ilegales", añadió. Según aseguró, él intentó en vano compartir sus preocupaciones con los responsables militares y gubernamentales, según publica el diario Toronto Star.
 
También afirmó que los canadienses hicieron más prisioneros en el país centroasiático que los demás aliados de la OTAN, muchos de ellos inocentes en medio del caos de la guerra, y acusó a esta política de hacer que los habitantes de Kandahar teman a las tropas extranjeras. "De acuerdo con nuestra información, la posibilidad es que todos los afganos que entregamos (a las autoridades) fueron torturados", prosiguió Colvin, antiguo director político del equipo de reconstrucción provincial en Kandahar. "Para los interrogadores de esta ciudad, éste fue el procedimiento normal para operar", añadió.
 
Descubrió también que cuando la Cruz Roja solicitó investigar el tratamiento de los detenidos por las tropas canadienses, éstas hicieron caso omiso a sus peticiones. Colvin aseguró que entre los que estaban alertados del tratamiento a los prisioneros y no actuaron está el ahora retirado jefe del Estado Mayor, general Rick Hillier; el ex viceministro de la Taskforce para Afganistán en la Oficina del Consejo Privado, David Mulroney; y Margaret Bloodworth, consejera de seguridad nacional del primer ministro, Stephen Harper. Afirmó igualmente que las advertencias que hizo desde 2006 de que los prisioneros estaban siendo torturados con descargas eléctricas, temperaturas extremas e incluso abusos sexuales, fueron ignoradas.
 

Indicó que Canadá dependía de dos grupos defensores de los Derechos Humanos para evaluar el bienestar de los detenidos después de transferirlos: el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Comisión Independiente para los Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC). "Desafortunadamente, el AIHRC tiene una capacidad muy limitada y en Kandahar no se le permite entrar en las cárceles", explicó, y subrayó que la Cruz Roja "no fue buena para los canadienses en materia de vigilancia" porque, según su reglamento, una vez que un prisionero es transferido sólo puede informar a las autoridades afganas sobre el abuso.

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