Política

Argelia acude a las urnas por un polémico referéndum con el objetivo de alcanzar la paz

En Argelia se esta llevando a cabo un referendo cuyo objetivo es poner fin a una década de violencia que dejó cerca de cien mil muertos y miles de desaparecidos.Los grupos de oposición llamaron al boicot alegando que sin justicia no puede haber reconciliación.

Tras una década de violencia que ha causado más de 100 mil muertos
Los argelinos se pronuncian sobre esta carta presidencial que, aunque destinada a poner fin al terrorismo, es rechazada por la oposición, según la cual el jefe del Estado trata así de eludir la delicada cuestión de los desaparecidos y fortalecer su poder.

Los electores deberán decir si están de acuerdo o no con el proyecto del presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, destinado a terminar definitivamente con la crisis y la violencia política que desde 1992 dejó más de 150.000 muertos y miles de desaparecidos.

Esta carta prevé la extinción de los procesos contra “todos los individuos que pongan fin a su actividad armada y entreguen sus armas”, salvo en los casos de quienes se encuentren “involucrados en masacres colectivas, violaciones o atentados con explosivos en lugares públicos”.

También prohíbe toda actividad política a los ex responsables del Frente Islámico de Salvación (FIS, disuelto), causante de la violencia en Argelia, y prevé medidas de ayuda en favor de las familias de los desaparecidos o de las personas afectadas por el terrorismo.

Según Buteflika, esta carta, que constituye una prolongación lógica del referéndum sobre la “concordia civil” de 1999, que condujo a la rendición de miles de islamistas armados, permitirá fortalecer la paz para garantizar el desarrollo económico y social del país.

La oposición y las asociaciones llaman al boicot

La mayoría de los partidos de oposición y de los movimientos de defensa de los derechos humanos rechaza la iniciativa presidencial, estimando que, bajo la cobertura del perdón, permitirá al poder político rehabilitar a las fuerzas de seguridad implicadas en la desaparición, sobre todo entre 1992 y 1998, de miles de personas sospechosas de apoyar a los grupos armados islamistas.

Según una cláusula de este texto, al votar sí, “el pueblo argelino soberano rechaza toda alegación destinada a que el Estado asuma la responsabilidad de un fenómeno deliberado de desaparición”. “Los actos reprensibles de agentes del Estado, que hayan sido sancionados por la justicia cada vez que fueron establecidos, no podrán servir de pretexto para desacreditar al conjunto de las fuerzas del orden”, agrega este texto.

También, los dos principales partidos de la oposición -el Frente de las Fuerzas Socialistas, de Hocine Ait Ahmed, y la Reunión por la Cultura y la Democracia, de Said Sadia- llamaron a boicotear el referéndum.

La oposición afirma que le impidieron expresarse durante la campaña por el referéndum y denuncia también una cláusula de la carta que estipula que “el pueblo argelino otorga un mandato al presidente de la República para tomar todas las medidas destinadas a concretar las disposiciones”.

Según la oposición, esta cláusula prepara el terreno para una revisión constitucional que permitiría un tercer mandato al presidente Bouteflika.

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