El BCE ha cumplido, relajando aún más el ‘freno monetario’. Sin duda, era lo apropiado, dada la creciente confianza en lograr hacia el objetivo de inflación, que también se reflejó en el mantenimiento de las previsiones de subida de los precios para 2024-2026.
Aunque sigue habiendo incertidumbres sobre la evolución futura de los precios de los servicios, es probable que las preocupaciones económicas adquieran mayor importancia, dada la debilidad de la demanda interna. En julio, ya se consideraba una evolución más desfavorable para los posibles riesgos de la economía. Ahora, las previsiones del PIB para los años 2024 a 2026 también se han revisado a la baja y la situación económica actual se considera peor que en julio.
El BCE sigue manteniendo su enfoque dependiente de los datos y la presidenta del BCE, Lagarde, rechazó firmemente cualquier precompromiso de una senda de tipos de interés. Sin embargo, también declaró que la senda descendente de los tipos era bastante obvia.
Así pues, se prevén nuevas bajadas de tipos. Es probable que diciembre sea la próxima fecha para otro recorte. En general, esperamos que el tipo de depósito se sitúe en el 2,5% dentro de 12 meses.
Ulrike Kastens, Economista para Europa de DWS sobre la reunión del BCE celebrada ayer.