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Familia feliz

Estoy entusiasmado con las revoluciones árabes. Ya no se persigue a los hombres piadosos que exigen la aplicación de la sharia.Se volverá a potenciar la poligamia y pronto no habrá provocativas mujeres sin velar, que parecen prostitutas.

No es una cuestión solamente religiosa. Niqab y burka unen la familia. Por eso exijo que mi mujer K. pueda a caminar con su niqab, que le deja los ojos libres, y que le impide a los libidinosos mirarle sus cabellos.

Está algo ajada tras parir a seis hijos y atendernos a mí, a ellos, y últimamente a L. Es su obligación. Y es tan obediente que la castigo pegándole muy pocas veces.

Hay demasiados hombres deseando a todas las mujeres. Algunos, cuando ven los ojos de K. e imaginan todas sus zonas de excitante vello, ponen rostro de deseo. Voy a tener que cubrirla con burka para que ni los ojos puedan verle.

Es lo que he hecho con mi esposa L, que es muy joven. Siento delicia al observarla en nuestro aposento.

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