Este Fondo de 5 000 millones de euros debe centrarse más en prioridades que permitan abordar las causas profundas de la inestabilidad, la migración irregular y los desplazamientos en el continente africano, según un nuevo informe del Tribunal de Cuentas Europeo. Ya en 2018, los auditores hicieron un llamamiento para que se orientaran mejor las ayudas del Fondo, pero los recursos financieros exclusivos para la migración siguen muy dispersos, pues financian un abanico demasiado amplio de acciones en los ámbitos de desarrollo, ayuda humanitaria y seguridad. Por otra parte, los resultados notificados no son exactos, y no se abordan debidamente los riesgos para los derechos humanos.
Los flujos migratorios de África a la UE han fluctuado a lo largo de los años, alcanzando su máximo valor en el período 2014-2016. En 2015, la Comisión Europea creó el Fondo Fiduciario de Emergencia de la UE para África para dar respuesta a diversas crisis que asolan tres regiones africanas: el Sahel y lago Chad, el Cuerno de África y el norte de África. Si bien en África los desplazamientos internos son frecuentes, el Sahel es también una de las rutas de tránsito más utilizadas por los migrantes que viajan hacia Europa.
«Un apoyo disperso y sin enfoque estratégico no garantiza el impacto», afirma Bettina Jakobsen, Miembro del Tribunal responsable de la auditoría. «Aunque el Fondo contribuyó a situar la migración en un lugar destacado de la agenda política y de desarrollo, no podemos dejar de reiterar nuestras críticas por lo poco que ha cambiado el enfoque, todavía demasiado amplio».
Los proyectos del Fondo obtuvieron abundantes resultados y alcanzaron parcialmente sus objetivos. Todos los proyectos examinados por los auditores respondían a alguna necesidad, pero no necesariamente a las más urgentes. Aunque las normas del Fondo permitían la adopción rápida de decisiones de financiación, no se tenía muy en cuenta la experiencia adquirida, y con frecuencia se exageraban sus logros. Los indicadores empleados para medir los resultados tampoco muestran si estos eran sostenibles, o si contribuyeron a abordar las causas profundas de la inestabilidad, la migración irregular y los desplazamientos. En consecuencia, la Comisión todavía desconoce cuáles son los enfoques más eficientes y eficaces en la reducción de la migración irregular y los desplazamientos forzosos en África.
A diferencia de la anterior ayuda, el propósito del Fondo era que su financiación se basara en datos contrastados. Por eso financió más de un centenar de informes basados en trabajos de investigación que proporcionaban valiosa información sobre los desencadenantes de los conflictos, la migración irregular y los desplazamientos. Sin embargo, la gran mayoría de los informes se publicaron cuando ya se había comprometido casi toda la financiación, por lo que solo tuvieron una repercusión limitada en los proyectos.
La Comisión desarrolló nuevos enfoques para recabar información sobre las causas profundas de la migración y para identificar los riesgos para los derechos humanos en un entorno volátil. Dado que el riesgo era más elevado en Libia, la Comisión introdujo supervisión de los derechos humanos por parte de terceros, inédita hasta entonces, pero útil como fuente de información. Sin embargo, la Comisión no dispone de procedimientos formales de notificación, registro y seguimiento de denuncias de violaciones de los derechos humanos en relación con proyectos financiados por la UE. Por ejemplo, no existe un sistema que demuestre que tales acusaciones fueron debidamente examinadas y tenidas en cuenta para decidir la continuidad o la suspensión de la financiación de la UE. En consecuencia, los auditores no pueden confirmar que se haya dado curso a todas las denuncias.
El guardián financiero de la UE formula varias recomendaciones e insta a la Comisión a abordarlas rápidamente para mejorar la última etapa del fondo, que culmina en 2025, y con miras a la futura creación de fondos con objetivos similares. En particular, el Ejecutivo de la UE debería aumentar la orientación empíricamente contrastada de zonas geográficas y beneficiarios, reforzar la detección de riesgos para los derechos humanos y adoptar medidas de mitigación.
Información general
El Fondo Fiduciario de Emergencia para África busca apoyar todos los aspectos de la estabilidad y contribuir a una mejor gestión de la migración en África. Entre las prioridades se cuentan medidas de lucha contra la trata de seres humanos, esfuerzos de estabilización regional y protección de migrantes vulnerables. Hasta la fecha, el Fondo ha recibido más de 5 000 millones de euros en contribuciones y ha prestado apoyo a 27 países africanos. La mayor parte de las contribuciones (4 400 millones de euros, el 88 % del total de 5 000 millones de euros) proceden del Fondo Europeo de Desarrollo y del presupuesto de la UE. En diciembre de 2023, se habían desembolsado 4 508 millones de euros en total. Tras un descenso durante la pandemia de COVID-19, las cifras de la migración irregular hacia Europa han vuelto a aumentar de forma constante. Los auditores examinaron con más detenimiento algunos países de las distintas regiones cubiertas: Etiopía, Gambia, Mauritania, Libia y Túnez.
El Informe Especial 17/2024, «Fondo Fiduciario de Emergencia de la UE para África – Pese a los nuevos enfoques, el apoyo seguía sin estar suficientemente centrado», puede consultarse en el sitio web del Tribunal. En 2018, en su informe especial sobre el Fondo Fiduciario de Emergencia para África, los auditores concluyeron que se trataba de una herramienta flexible, pero que su diseño debería haber sido más concreto.