La Junta ha difundido un dictamen que dice que McDonald´s Corporation puede ser considerada co-patrono de las plantillas de las franquicias McDonald´s. De quedar así, este dictamen redefine la relación entre franquiciado y franquiciante, al declarar empresarios a ambos. Es mala resolución, mala para la empresa y mala para el empleo.
Habiendo escrito a principios de este verano acerca del demoledor régimen regulador que crece sin control bajo la presidencia de Barack Obama, el principal interrogante en mi cabeza era cuál de las innumerables instancias federales de regulación sería la próxima en echar mano a la economía. Era una conclusión anunciada que la Agencia de Protección Medioambiental sería una de esas instancias, y no ha decepcionado, pero la agencia pública más ofensiva es la Junta Nacional de Relaciones Laborales.
La Junta ha difundido un dictamen que dice que McDonald´s Corporation puede ser considerada co-patrono de las plantillas de las franquicias McDonald´s. De quedar así, este dictamen redefine la relación entre franquiciado y franquiciante, al declarar empresarios a ambos. Es mala resolución, mala para la empresa y mala para el empleo.
Es un mal dictamen porque anula de forma unilateral los acuerdos contractuales de franquicia aceptados desde siempre entre franquiciado y franquiciador. También es mala porque es un insulto – no, un desmentido – al reparto de competencias del Estado. Una modificación de una ley que afecta a tantas empresas y tantos particulares pertenecería de forma idónea al ámbito del Congreso. Al usurpar competencias legislativas, tres funcionarios públicos no electos elegidos a dedo por razones políticas (la mayoría de los cinco puestos de la Junta Laboral) se adjudican una decisión que por ley correspondería a un mínimo de 218 congresistas y 50 senadores elegidos de forma democrática por el pueblo.
La sentencia de la Junta Laboral supondrá una enorme consternación para todas las franquicias y franquiciados del país. En la práctica, desmantela la armonía entre franquiciados y franquicias.
En la actualidad, el franquiciador no ejerce ningún control sobre las políticas de contratación, despido, asignación de la plantilla a las distintas tareas, determinación de la duración de los turnos, funciones del trabajador, etc. del franquiciado, y si ahora pasa a considerarse co-patrono de las plantillas de los locales, será imprescindible la contratación de trabajadores adicionales. No se puede controlar desde Chicago (o en el caso de McDonald´s, desde Oak Park) una plantilla en Peoria, o en Mesa, o en Tupelo. ¿Cómo asumirá el franquiciador este gasto adicional? Tendrá que percibir un porcentaje mayor de los beneficios del local. También puede que le convenga entrar dentro de una negociación colectiva nacional con el sindicato que represente a las plantillas de todas las franquicias, imaginando que será más cómodo negociar con un representante de la negociación colectiva único en lugar de controlar al milímetro las cuestiones laborales de un gran número de franquicias.
El franquiciado, por otra parte, verá contraerse al mínimo su margen de beneficio si el franquiciador se lleva un porcentaje mayor de sus beneficios. Pueden tratar de pasar este gasto nuevo elevando sus precios, pero debido a la elasticidad de la demanda, esto producirá probablemente pérdida de clientes. Si sus plantillas se sindicalizan y los sueldos suben, el margen de beneficios vuelve a contraerse. Lo que venía siendo un negocio local rentable que daba trabajo a ciudadanos de la zona podría transformarse en seguida en una empresa con pérdidas abocada al cierre.
El nuevo dictamen de la Junta Nacional amenazada claramente con destruir puestos de trabajo en un momento en el que el mercado laboral no pasa por sus mejores horas. Como sucede con tanta frecuencia, la intervención pública en nombre de la mano de obra de América acaba pasando una factura importante a muchos de sus trabajadores.
¿Por qué está haciendo esto pues la Junta Laboral? Como digo a mis estudiantes de Económicas en el Grove City College, siempre que se quiera comprender el motivo de adopción de una ley o un régimen de regulación, hay que hacerse la pregunta "Cui bono" – ¿quién sale beneficiado? El dictamen de la Junta Nacional de Relaciones Laborales puede ser malo, malo para la empresa y malo para el trabajador, pero es un caso clásico de política para patronales. El dictamen está diseñado para ayudar a los sindicatos, el elemento clave de la base electoral del Presidente Obama.
De hecho, el dictamen de la Junta en la cuestión del co-patrono es una ilustración viva del ejercicio de saltarse al Congreso para gobernar por mandato regulador. La tónica anti-empresas y anti-empleo de nuestro presidente no ha desistido. No es raro que las empresas quieran desplazar su sede fiscal a otros países
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