Nuestro compatriota ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2008. Felicitamos al premiado e incidimos en la justicia y méritos contraídos por el galardonado. Su leyenda, personal y profesional, sólo ha empezado escribirse.

editorial

El tenista manacorí está marcando una etapa dorada en el deporte español. No nos referimos sólo a sus innumerables éxitos deportivos sino a sus virtudes como deportista que son una proyección de sus valores personales.

El resultado es que no sólo pasará a la historia como, de momento, ganador cuatro Roland Garros, un Wimbledon, una Copa Davis o una medalla de oro olímpica. Ocupará las páginas más brillantes por su modestia, deportividad, profesionalidad y talento. Este es el verdadero Gran Slam del joven mallorquín.

¿Alguien ha oído un mal comentario sobre sus cualidades como deportista? Nadie. ¿Algún seguidor se ha sentido decepcionado al intentar llegar a él? Ninguno. ¿Ha menospreciado a algún rival? Nunca. La firma de autógrafos o la concesión de entrevistas tras horas de sufrimiento en la pista son elementos tan caracterizadores de Nadal como su preferencia por la tierra batida.

Es una estrella sin complejos. Durante los pasados Juegos Olímpicos no dudó en residir en la villa olímpica en vez de optar por lujosos hoteles que le aislaran de la parafernalia diaria. Él quería estar con el resto de la delegación española porque, y eso no debemos olvidarlo, Rafa siempre ha mostrado su orgullo por ser español. Nunca se ha acomplejado por ello sino que ha ensalzado a nuestro país al máximo, convirtiéndose en uno de sus grandes embajadores. De nuevo, un ejemplo para todos.

No debemos olvidar otra de las consecuencias del “efecto Nadal” y es que las generaciones más jóvenes de deportistas españoles ya no tienen como ídolos y referentes a extranjeros como sucedía en el pasado más cercano (los Becker, Sampras, Lendl…) sino a él, tanto por su palmarés como por su currículum como persona. No sólo quieren ser Rafa Nadal sino COMO Rafa Nadal.

El deporte español en su conjunto está y estará en deuda con este personaje excepcional. Sus éxitos deportivos proseguirán en paralelo a la extensión de esa humildad y cercanía que lo hacen único e inconfundible.