Política

Relatos del drama desde la frontera con Marruecos

La avalancha de inmigrantes lanzados contra las vallas de Ceuta y Melilla provocó el desborde de todas las contenciones y dio lugar a muertes y heridos. Una sucesión de relatos reflejan el drama vivido y cuestiona a los gobiernos de España y Marruecos. Uno por imprevisión y el otro por omisión.

La Asociación de Militares Españoles advirtió que las tropas no están preparadas para la misión
El drama vivido la noche del miércoles, en la que cientos de inmigrantes deserrados se lanzaron contra las vallas de Ceuta y Melilla dejó escenas desgarradoras y testimonios indelebles de la miseria y dramática fragilidad en la que viven estas personas. Un inmigrante es capaz de arriesgar su integridad por acceder a una vida mejor. La pobreza, la opresión y los férreos dogmatismos (aunque también alguna acción deliberada de los gobiernos comprometidos) forman el caldo de cultivo de esta verdadera tragedia.

El diálogo con Diario Exterior, uno de los agentes de la Guardia Civil relató la situación con crudo realismo: “eran cientos de personas desesperadas por saltar la valla y recurriendo a todo tipo de herramientas y maniobras para poder pasar. Se notaba una tremenda desesperación en sus caras y la sensación de que perder esa oportunidad era regresar a una vida de miseria”. La misma fuente advirtió que “esto era algo que se veía venir. Cada día estaban más organizados para saltar y hacer difícil la tarea de control”.

Sospechas que sobrevuelan la cumbre

Los verdaderos malones humanos coincidieron con el desarrollo de la cumbre entre España y Marruecos realizada en Sevilla. Esto despertó especulaciones por parte de analistas y funcionarios españoles que vieron los hechos como una maniobra de presión orquestada desde Rabat. El propio presidente de la comunidad de Ceuta, Juan José Imbroda advirtió que “la colaboración de Marruecos [en el asunto de los asaltos a la valla] ha sido muy deficiente, ha brillado por su ausencia; si hubiese colaborado bien con sus leyes y hubieran actuado de otra forma, esto se podía haber evitado”.

Relatos del drama

La dimensión del drama vivido en la frontera sobrecoge. Cientos de cuerpos desparramados en el piso sobre un reguero de sangre proveniente de los muertos y heridos de la noche. Uno de los agentes admitió que “dejamos el material antidisturbios en el suelo y nos pusimos a atender a los heridos. La gentes estaba destrozada”.

Uno de los jóvenes inmigrantes relató la odisea del traspaso señalando que “estábamos preparados para saltar, pero no sabíamos cuándo. Dios nos iluminó y nos dijo que era el día elegido. Uno de los compañeros gritó, y le seguimos todos”. El joven recordó la terrible madrugada.

“Llevaba dos años por Marruecos mendigando comida. Ayer me reuní con tres amigos. Un amigo y yo hemos podido llegar, pero el otro colega se puso enfermo y se quedó al otro lado de la alambrada, en Marruecos. Nosotros sólo pensábamos en correr lo más rápido posible. Escuchábamos tiros, los compañeros se caían… pero yo seguí adelante, no podía parar”.

El ejército no intervino

El amplio dispositivo formado en la doble valla por la Gendarmería Real y las Fuerzas Auxiliares abortó por segundo día consecutivo el intento de entrada de 50 subsaharianos a Melilla en la madrugada, cuando se dirigían a la verja de la ciudad autónoma con sus escaleras artesanales al hombro. Los 240 soldados españoles no tuvieron que intervenir, aunque mantienen sus puestos de vigilancia.

Fuentes del gobierno confirmaron que ayer fue “una madrugada tranquila” y que no se produjo “ninguna entrada de inmigrantes a Melilla”, tras aumentar la seguridad en la doble valla con la presencia constante del Ejército.

“Las tropas no están preparadas para la misión”

Por su parte, la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) hizo público un comunicado en el que expresa su “preocupación” por el envío de tropas a Ceuta y Melilla , advirtiendo que “existen serias dudas de que este tipo de misiones sean competencia de las Fuerzas Armadas,. No hay duda de que las tropas enviadas no están preparadas para este tipo de servicios, de eminente carácter policial, y de que no disponen de medios adecuados para su realización”, indica la asociación.

AUME advierte “de los riesgos que se corren” al “utilizar a unidades de las Fuerzas Armadas en misiones que no le son propias, para las que no han recibido formación alguna y para las que no cuentan con la dotación material oportuna”.

“En el caso de que nuestros soldados se vean en obligación de intervenir o de defenderse, pueden producirse acontecimientos muy graves, de los que, por su falta de previsión, se podría derivar responsabilidad para quienes han tomado tal decisión”, remarca.

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