Tras casi 100 días de negociación, las fuerzas políticas del oficialismo, el centro y la centro derecha, arribaron a un acuerdo constitucional denominado “Acuerdo por Chile” con el propósito de dar curso a un nuevo proceso constitucional, esta vez con características distintas al fracasado proceso constitucional de 2021-2022, rechazado por un 62% de la ciudadanía el pasado 4 de septiembre.

Sin duda, el “Acuerdo por Chile” recoge los aires de moderación presentes en Chile tras el triunfo del Rechazo en el plebiscito constitucional. Según la última encuesta Cadem1
, el 51% de los encuestados aprueba este nuevo mecanismo para proponer una nueva Constitución. Dicha aprobación es mayor entre quienes se identifican con la derecha (64%), el centro (65%) y entre quienes votaron Rechazo en el plebiscito de salida (59%). En ese sentido, se destaca la capacidad negociadora de las fuerzas ligadas al rechazo de la fenecida propuesta constitucional, quienes empujaron un acuerdo equilibrado, distinto al de noviembre de 2019, con un cuerpo constitucional de naturaleza mixta conformado por un Comité Técnico de Admisibilidad, un Consejo Constitucional Electo de 50 escaños y una Comisión Experta elegida por el Congreso, con bordes, es decir, sin hoja en blanco. En ese sentido, los 12 bordes acordados, pese a que algunos de ellos parecen ser amplios e interpretables, recogen puntos críticos de la propuesta constitucional plebiscitada en septiembre, como la noción de Estado unitario, la consagración del terrorismo como contrario a los derechos humanos, la división de poderes del Estado, la existencia de un Poder Legislativo bicameral, la consagración de órganos autónomos como el Banco Central, derecho de propiedad, libertad de conciencia y enseñanza, el principio de responsabilidad fiscal y la provisión de
derechos sociales a través de instituciones estatales y privadas, entre otros.

Es así, como el mecanismo adoptado por las fuerzas políticas implica necesariamente un abandono de las aspiraciones de la coalición oficialista, plasmadas en la propuesta constitucional de la Convención, y que mantuvo el programa de gobierno en stand by al comprometer su implementación a la aprobación de dicha propuesta. Declaraciones del oficialismo hacen patente este revés en sus aspiraciones, el alcalde Daniel Jadue aseguró en Twitter que “persisten los fantasmas de la democracia tutelada y la medida de los posible. Faltó coraje y convicción”, y que, a pesar de no ser la propuesta del Partido Comunista, disputarían los espacios a través del mecanismo acordado. Situación similar planteó, la senadora Claudia Pascual, quien aseguró: “Este acuerdo no es lo que a mí me hubiese gustado, lo digo francamente, pero es el acuerdo que se pudo lograr para habilitar un nuevo proceso que nos permite modificar la nueva Constitución y no con los peligros reales de que empiecen ahora propuestas muy contradictorias entre sí
para modificar la actual Constitución”. La última encuesta Cadem muestra que la proporción de quienes rechazan el “Acuerdo por Chile”, es mayor en la izquierda (57%), entre quienes votaron apruebo (53%) y entre quienes se sitúan mayoritariamente en el segmento 18-34 años (51%).

En este enlace puede consultar, completo, el Informe de Coyuntura Política, elaborado por el instituto Libertad y Desarrollo.