Política

La crisis alimentaria se solucionaría con tecnología

Ante la escalada de precios de los alimentos crecen las voces a favor de la biotecnología. La controvertida tecnología de los transgénicos se convierte así en una herramienta imprescindible para el desarrollo de cosechas con mejores rendimientos

Tecnología vs Hambre











Otra ventaja más de las plantas transgénicas

El subsecretario de Estado norteamericano, John Negroponte, afirmó el pasado viernes – durante un discurso en la ceremonia de anuncio de laureados de precios mundiales de alimentos – «que la seguridad alimenticia sustentable vendrá de los avances en la ciencia y la tecnología de producción de alimentos» para seguidamente agregar «… las herramientas de la biotecnología pueden ayudar al desarrollo de cosechas con rendimientos más altos, mayor valor nutritivo, mejor resistencia a las plagas y enfermedades a la vista del cambio climático».

Negroponte, llamó a los países a eliminar las barreras que dificultan el uso de biotecnología y otras innovaciones para aumentar la producción de alimentos.

«Debemos apuntar a las barreras políticas y comerciales que aumentan el precio de los alimentos que impiden el acceso a la comida y a mejores tecnologías para producir comida», afirmó.

La producción de alimentos transgénicos gracias a la biotecnología – pese al rechazo que origina de muchas asociaciones ecologistas como Greenpeace– se encaminan a ser una buena opción para luchar contra el hambre.

Básicamente, los transgénicos son alimentos modificados genéticamente, es decir, mediante ingeniería genética. Son obtenidos a partir de una técnica que utiliza células vivas, cultivo de tejidos o moléculas derivadas de un organismo como por ejemplo los enzimas. Todo esto nos vale para obtener, modificar o mejorar un producto, o desarrollar un microorganismo para utilizarlo con un propósito específico.

Los biotecnólogos han desarrollado, por ejemplo, un arroz genéticamente modificado reforzado con beta-carotenos -que el cuerpo convierte en vitamina A- y hierro, y trabajan en otros tipos de cultivos con sus características nutritivas mejoradas.

La biotecnología mejora la productividad agrícola en lugares donde la escasez de alimentos es dañada por plagas, la sequía, terrenos pobres y virus, hongos y bacterias que afectan a los cultivos. Los daños y perjuicios que causan las plagas son elevados. El barrenador del maíz europeo, por ejemplo, destruye anualmente 40 millones de toneladas de la cosecha mundial, aproximadamente el 7% del total.

La introducción de genes resistentes a las plagas en las semillas puede contribuir a restaurar el equilibrio. Y en las pruebas con algodón resistente a las plagas en África, las cosechas han aumentado considerablemente. Hasta el momento, los temores a que los cultivos transgénicos resistentes a las plagas puedan matar no sólo a los insectos perjudiciales sino también a los beneficiosos parecen carecer de fundamento.

Las ventajas del uso de esta tecnología podemos resumirlas en las siguientes:

– Podremos consumir alimentos con más vitaminas, minerales y proteínas, y menores contenidos en grasas.

– Producción de ácidos grasos específicos para uso alimenticio o industrial.

– Cultivos más resistentes a los ataques de virus, hongos o insectos sin la necesidad de emplear productos químicos, lo que supone un ahorro económico y menor daño al medio ambiente.

– Cultivos resistentes a los herbicidas, de forma que se pueden mantener los rendimientos reduciendo el número y la cantidad de productos empleados y usando aquellos con características ambientales más deseables.

– Mayor tiempo de conservación de frutas y verduras.

– Aumento de la producción.

– Disminución de los costes de la agricultura.

– La biotecnología puede ayudar a preservar la biodiversidad natural.

– Cultivos tolerantes a la sequía y estrés (por ejemplo, un contenido excesivo de sal en el suelo)

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