Europa, Política

Ansiedad Digital

Todo muy bien. Lo mismo esto de lo digital concede de nuevo otra oportunidad a las librerías, a los libros, al vinilo, a los buenos periódicos y revistas.

Ha llegado el perseguido apagón analógico. Ya está aquí la televisión digital terrestre. El ministro Miguel Sebastián apretó el botón del futuro digital entre aplausos y complacencias. Nos ha costado a todos más de 11.000 millones de euros. Es la TDT la “televisión de todos”, Sebastián “dixit”. Múltiples canales gratuitos. ¡Bravo, bien!
 
Se nos llenan los salones de mandos a distancia. Instaladores y fabricantes de antenas capaces y decodificadores digitales hicieron el agosto. Se crearon 40.000 puestos de trabajo entre los millones de empleos destruidos. Los aparatitos irán a la basura o al trastero de lo inservible en poco tiempo. Como las maravillosas pantallas, sin TDT, vendidas por millones; que ya están aquí los televisores integrados, con TDT, para hacernos el visionado más fácil.
 
El mundo de la publicidad se tambalea. Las audiencias cuentan menos. Avanza la venta directa. Las cadenas se fusionan. Se destruyen empleos. Todos miran a Internet. Los Estados, los gobiernos y los políticos confían en no perder espacio para moldear la opinión al interés de sus intereses. ¿Pluralidad, competencia, calidad? Ya veremos.
 
Hasta ahora la televisión era la base de la opinión pública como predijo Alain Touraine. Para el sociólogo francés la tele creaba “un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada”. Era la tele también “la barraca de feria donde el pueblo viene a ver las maravillas del mundo”: Brandys, escritor polaco. Ventajas innegables para el progreso y la libertad. Veremos ahora.  El problema es quien lo cuenta, como lo cuenta, por qué y para qué. Todos venden y todos compran. Nada hay gratis. Los informativos pierden audiencia, el debate, la opinión, la cultura. Resiste el pronóstico del Tiempo. Telebasuras, cotilleos, chismes, bazofias, violencias, sexo y Fútbol. Todo ahora digital.
 
Ha llegado la televisión digital terrestre. Posibilidad infinita de Canales. ¿Seguro? Alguien inventará cómo escamotear la competencia. Ha llegado la ansiedad digital. Todo muy bien. Lo mismo esto de lo digital concede de nuevo otra oportunidad a las librerías, a los libros, al vinilo, a los buenos periódicos y revistas. También a la Radio amable y buena. Acuérdense de aquello que dijo Groucho Marx: “Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro”.

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