Francia, ansiosa, cansada y desalentada, acaba de transferir su base militar en Timbuktu, Mali, a las fuerzas armadas del gobierno local.
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Sábado, 05 de octubre 2024
Francia, ansiosa, cansada y desalentada, acaba de transferir su base militar en Timbuktu, Mali, a las fuerzas armadas del gobierno local.
Lo que es, más que una señal, un reconocimiento de su inocultable fracaso en la feroz lucha que allí se libra contra el terrorismo islámico extremista que -habiendo sido previamente entrenado en la caótica Libia- asola ahora al centro del Continente Negro, incluyendo no sólo a la ex colonia francesa, sino también a Burkina Faso y a Niger.
Ocurre que, tal como les sucediera a los propios Estados Unidos en Afganistán, Francia no ha podido derrotar a los islámicos duros en Mali en la llamada “Operación Barkhane”, en Mali y el Sahel, en general.
Allí, el año pasado los muertos por la violencia en esos lugares sumaron unas 5.300 personas, entre los que aparecen unos 53 efectivos militares franceses que también perdieron sus vidas.
La mayor parte de los múltiples incidentes violentos pareciera haber tenido que ver con distintosgrupos fundamentalistas violentos asociados a Al-Quaeda, pesadilla que, aparecida ya en año 2012, pareciera estar de pronto resurgiendo con mucha fuerza en ese remoto rincón de África.
La decisión francesa de retirarse de Malipausadamente aparece luego de que el país galo decidiera reducir a la mitad el contingente militar con el que hoy opera en Mali, originariamente compuesto por unos 5.000 efectivos.
Por eso no debiera sorprender a nadie que el gobierno de Mali, absolutamente descorazonado con lo que le sucede, esté ahora inmerso en peligrosas y adelantadas conversaciones para aparentemente poder “contratar” al activo grupo de mercenarios rusos que –cercano a su gobierno- responde al nombre de “Wagner”, en reemplazo de las disminuidas fuerzas francesas.
Ese grupo, recordemos, ha sido ya acusado de cometer, en su accionar bélico, distintos crímenes de guerra y de lesa humanidad.
Desde Mali se señala que la decisión de contactar a “Wagner” responde al sentimiento obvio de sentirse “abandonados” por Francia. Y a la consiguiente necesidad de buscar “otros socios”. Lo que luce peligrosísimo, por cierto.
Hasta ahora, Francia aportaba la única fuerza militar de alguna significación que operaba profesionalmente contra el terrorismo islámico en el cinturón territorial que atraviesa -de este a oeste- el centro mismo de África. Con excepción, por cierto, de la “fuerza de paz” de las Naciones Unidas (Minusma).
A estar a la visión de los principales expertos en lo que hoy sucede en el Sahel, la llegada regular de los contingentes de mercenarios rusos a Mali es tan sólo una cuestión de tiempo.
La pregunta que cabe hacer es ¿Si Mali contrata a Wagner, las Naciones Unidas mantendrán a la “fuerza de paz” denominada: “Minusma”? ¿O eso es absolutamente incompatible como, a primera vista al menos, parecería? Tema urgente, para empezar a pensar, entonces.
Desde Mali nos llegan también poco creíbles “desmentidas” oficiales respecto de los contactos con los mercenarios “privados” de “Wagner”, condenados expresamente por varios preocupados países occidentales. Pero se cruzan con admisiones de una supuesta presencia “menor” de entrenadores militares rusos en Mali.
El país africano, cabe recordar, está en manos de sus militares, que se apoderaron de él en el año 2020, y siguen con el timón en sus manos, sin señales de que se esté organizando algún tipo de camino de regreso “creíble” a la democracia, como forma de gobierno. El nivel actual de caos en Mali sugiere que esto no será tarea simple. Más bien, todo lo contrario.
“Wagner”, por lo demás, tiene ya “presencia activa” en Ucrania, Siria, Libia y en varios países del África subsahariana. Su repentina aparición en Mali no sería entonces demasiado sorprendente. Por todo esto, “Wagner” (que la Federación Rusa “prohija”) ha sido ya objeto de duras y específicas sanciones económicas desde varios países occidentales.
Por el momento al menos, algunos países occidentales, entre los que están Italia, Suecia, Bélgica, Noruega, Holanda y Portugal, apoyan con tropas propias (aunque en números menores) la conformación de una fuerza militar bastante reducida para operar en Mail, denominada ahora “Takuba”.
Con ello han ratificado su voluntad de cooperación en la tarea de desterrar al terrorismo islámico de Mali, proteger a los indefensos civiles y tratar de apoyar las –casi imposibles, pero indispensables-tareas políticas de estabilización de Mali.
En el primitivo aeropuerto de Bamako operan cada vez más frecuentemente aviones militares de transporte rusos, presuntamente al servicio de empresas de geología del país de los zares. También de “Wagner”, presumiblemente. Lo que es una señal más de que la presencia rusa es absolutamente real y, por lo demás, está creciendo rápidamente.
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
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