Rusia es hoy la nación que ha asumido la actitud más activamente provocadora de todas.

La agenda internacional de paz y seguridad está bien tensa y los conflictos que en ella aparecen son ciertamente graves. Y están dispersos, todo a lo largo y ancho del mundo, para Occidente al menos.

Los tres riesgos mayores para la paz del mundo probablemente tienen hoy que ver con las crisis de: (i) Ucrania (enfrentamiento esencialmente contra Rusia); (ii)Taiwán (donde la contraparte de Occidente es China); e (iii) Irán, en su evidente pretensión de transformarse en una peligrosa potencia regional, con músculo nuclear.

Esos tres diferentes serios conflictos podrían, al menos teóricamente, estallar con alguna o con plena simultaneidad.

Rusia es hoy la nación que ha asumido la actitud más activamente provocadora de todas. Pese a su decadencia, en términos relativos al menos.

Pero algo parece haber cambiado en todos los posibles conflictos. La respuesta a las provocaciones parecería que tiene ahora un primer paso, “cantado”: el de las fuertes sanciones económicas “inteligentes”. Que duelen mucho. Y que transforman instantáneamente a los sancionados en “parias”. Irán lo sabe bien. Y Rusia y China están, ambos, muy alertas al tema.

El gran riesgo, si el mundo de pronto se “llena” de sanciones económicas, lo enfrenta el fenómeno de la llamada “globalización”, que sufriría mucho. Y, por ello, no es, para nada, un tema menor.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.