Las recientes declaraciones de Pedro Pablo Kuczynski en el sentido de que “promoverá una unión de líderes regionales para defender la democracia en Venezuela”, es un apoyo más a la labor de Luis Almagro

El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el oriental Luis Almagro, sigue defendiendo la democracia en Venezuela, con una cuota de coraje y decisión digna de elogio. En efecto, continúa instando al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a que no bloquee arbitrariamente el referendo revocatorio que el pueblo venezolano está pidiendo. Sostiene que ello sería deslegitimar un legado importante del chavismo, como es el aceptar el escrutinio y la voluntad de la gente.
 
Por lo demás, negó que la OEA haya “archivado” su informe de 132 páginas sobre la grave alteración del orden constitucional que existe en Venezuela, señalando que los oficialistas venezolanos no han rebatido ningún punto de su informe. Es que no pueden, porque se trata de un documento contundente, que sólo refleja la verdad de lo que sucede con lo que queda de la alterada y desvencijada democracia venezolana.
 
Con buen sentido, Almagro cuestionó también que la oposición venezolana no haya sido partícipe de la designación de los tres ex mandatarios que desde la secretaría general de UNASUR curiosamente se proponen como mediadores. No dice, porque es absolutamente obvio, que ni José Luis Rodríguez Zapatero, ni Martín Torrijos, ni Leonel Fernández sean efectivamente mediadores independientes. No lo son. Todos tienen una misma ideología, con un notorio parentesco con el chavismo. Por esto, como dice Almagro, “ese proceso no ha generado avances”. La razón es bien simple, para la oposición es imposible confiar en los mediadores. De hecho, ellos fueron designados en marzo y han sido incapaces de generar los espacios de certidumbre, confianza y certeza que son indispensables para encarrilar un diálogo, particularmente complejo.
 
En su reciente intervención Almagro sostiene que “a su juicio, existen desequilibrios entre los poderes del Estado venezolano, como el desconocimiento del Poder Legislativo”, recordando la imperiosa necesidad de que se libere a los presos políticos y se abran canales capaces de paliar la desgraciada situación humanitaria por la que transita el país caribeño.
 
Prometiendo seguir de cerca la cuestión, Almagro anticipa que la OEA realizará actualizaciones periódicas en los temas vinculados al referendo revocatorio, a los presos políticos y a la situación humanitaria prevaleciente en Venezuela. A las tres cuestiones más urgentes, entonces.
 
Las recientes declaraciones de Pedro Pablo Kuczynski en el sentido de que “promoverá una unión de líderes regionales para defender la democracia en Venezuela”, es un apoyo más a la labor de Luis Almagro. Muy oportuno, por lo demás.
 
El presidente electo peruano fue visitado por la señora de Henrique Capriles. Refiriéndose en esa oportunidad a Ollanta Humala, el presidente electo peruano sostuvo que fue “muy tolerante con la intolerancia que hay en Venezuela” y anticipó que su próximo canciller, Ricardo Luna, coordinará eventuales “canales de ayuda” en favor de Venezuela. La señora de Capriles manifestó –por su parte- su esperanza de que el próximo gobierno peruano se convierta en “adalid” de la defensa de la democracia venezolana, denunciando su crisis humanitaria y el encarcelamiento de varios de los más conocidos líderes de la oposición venezolana que hoy representa, muy mayoritariamente, la opinión prevaleciente del pueblo de su país.
 
 
Emilio J. Cárdenas
Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas