América, Política

República Dominicana ante los cambios en América Latina

Las autoridades dominicanas, deberían reevaluar esta relación cercana con quienes se posicionan como enemigos de la democracia representativa y todas las libertades republicanas.


Como suele suceder a través de la historia de los países y regiones, gran parte de América Latina está experimentado un cambio de paradigma político. Lo primero que salta a la vista, suele ser los reveces que han tenido los sectores simpatizantes o adscritos al Socialismo del Siglo XXI. Pero junto con esto, hay varios otros renglones en los que desde ya se evidencia un giro programático para los gobiernos de la región. Se destacan las votaciones en los organismos internacionales sobre los temas de Derechos Humanos, el propio cambio en la conducción de la Organización de Estados Americanos (OEA) y una retórica que progresivamente abandona el antagonismo con Estados Unidos

Ante esto, la Alianza del Pacífico ha emergido como el bloque de referencia en la región. Inicialmente una asociación entre cuatro países cuyos sectores políticos tienen consenso sobre las políticas de mercado como vía al desarrollo, este se ha ganado admiración mundial y la lista de estados queriendo unírsele como observadores es siempre creciente. Tras años de dominio por parte del ALBA, esta se va quedando aislada mientras los demás países de la región miran desde ya a otro lado. En las recientes votaciones del Consejo Permanente de la OEA por ejemplo, solo un país de habla hispana fuera del ALBA votó junto con ellos. Lastimosamente, se trató de la cuna de América, mi país, República Dominicana.

A pesar de haber mostrado interés por entrar como observador a la Alianza del Pacífico y que económicamente, el país dista de asumir las medidas económicas insensatas que el bloque liderado por Venezuela impulsa, salvo excepciones, el gobierno de Nicolás Maduro ha tenido al dominicano como un aliado diplomático. Por ello, no causa sorpresa, que en la ceremonia de toma de posesión dominicana llevada a cabo el pasado 16 de agosto, participasen casi todos los Jefes de Estado del ALBA, encabezados por el propio Maduro, acompañado del mandatario boliviano, Evo Morales, y el ecuatoriano, Rafael Correa. Solo faltó el nicaragüense Daniel Ortega que va rumbo a su séptima candidatura Presidencial consecutiva, esta vez sin oposición real. 
 

En estos momentos, es preciso que cada país analice si quiere estar en el lado correcto de la historia. Si bien en política no existen los conceptos absolutos, la realidad es que el gobierno Chavista de Maduro lleva un proceso de deterioro tal en el hermano país de Venezuela que resulta imposible mirar al otro lado mientras la crisis humanitaria solo empeora. Las autoridades dominicanas, deberían reevaluar esta relación cercana con quienes se posicionan como enemigos de la democracia representativa y todas las libertades republicanas. Para República Dominicana mostrarse como un país que apuesta a la modernidad, es preciso marcar distancia política con quienes promueven el modelo más arcaico de todos los de América. 

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