Europa, Política

Sarkozy: “El burka no es un signo religioso, sino de servidumbre”

Ante la Asamblea Nacional y el Senado, reunidos de manera extraordinaria en Congreso en Versalles (afueras de París), el jefe del Estado francés dijo que el burka “no es un problema religioso”, sino “un problema de libertad y de dignidad de las mujeres”.

MUNDO/ Se “corona” en Versalles
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, aseguró que el burka es un “signo de servidumbre”, contrario a la “idea de la República francesa sobre la dignidad de la mujer”.

“No es un signo religioso, sino de servidumbre”, afirmó Sarkozy, quien subrayó que “el burka no es bienvenido en el territorio de la República” francesa.

Ante la Asamblea Nacional y el Senado, reunidos de manera extraordinaria en Congreso en Versalles (afueras de París), el jefe del Estado francés dijo que el burka “no es un problema religiso”, sino “un problema de libertad y de dignidad de las mujeres”.

La declaración de Sarkozy, presidente de un país laico, se produce una semana después de que el Gobierno aceptase estudiar una ley que prohíba el uso del burka en Francia, una prenda de origen afgano que oculta completamente a la mujer tras una ancha túnica y sólo cuenta con una pequeña abertura a la altura de los ojos.

Primer presidente francés que interviene ante el Parlamento desde 1848

Nicolas Sarkozy, se convirtió hoy en el primer jefe del Estado desde 1848 que se dirige al Parlamento reunido en Versalles gracias a los nuevos poderes que le otorga la Constitución reformada a iniciativa suya en julio de 2008.

“Señor presidente de la República, en nombre del Congreso del Parlamento, le doy la bienvenida. Tiene usted la palabra”, fue la frase pronunciada por el presidente de la Asamblea nacional, Bernard Accoyer, que es quien presidió el Congreso, antes de que Sarkozy iniciara su discurso, que giró básicamente en torno a la crisis y el modelo que debe seguir Francia para encarar el futuro.

Sarkozy ha elegido este marco solemne en vísperas de una remodelación gubernamental que, según confirmó hoy, se materializará este miércoles y tras el espaldarazo electoral en las europeas celebradas el pasado 1 de junio.

Con este simbólico acto inaugura una reforma institucional que recuerda el estilo del discurso sobre el Estado de la Unión típico de los mandatarios norteamericanos y traza en un marco histórico los grandes ejes que marcarán la segunda parte de su mandato de cinco años.

Sin embargo, la decisión de acudir al Palacio de Versalles, donde se constituyó la Asamblea nacional en 1978 y se adoptó la Declaración del Hombre y del ciudadano, ha sido duramente criticada por la izquierda, que ve en la actitud de Sarkozy una “presidencialización” del régimen.

“Si Sarkozy se cree Luis XVI cuando se dirigió a los Estados Generales se armará un revuelo”, ironizaba en “Le Parisien” Jean-Marc Ayrault, presidente del Grupo socialista en la Asamblea, grupo que ha decidido acudir a la sesión solemne pero sin participar en el debate posterior.

Los socialistas expresan así su protesta por la imposibilidad que tiene la oposición de responder a las palabras del presidente, que abandonó el hemiciclo una vez finalizado su discurso. Tampoco participó el líder del MoDem, François Bayrou, mientras que Verdes y Comunistas han optado directamente por boicotear un Congreso que consideran “una mascarada”.

También la prensa ironiza con las connotaciones monárquicas del evento y si el vespertino ´Le Monde´ habla de “Sarkozy, rey de Versalles”, el izquierdista “Libération” titula su portada de hoy como sigue: ´Nicolas II´.

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