En diversas capitales y en la Conferencia de Seguridad de Múnich, diversos políticos y analistas destacaron que la muerte de Alexei Navalny deja en evidencia la brutalidad del régimen ruso.
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Lunes, 02 de diciembre 2024
Manifestantes ante la embajada rusa en Berlín.Imagen: Liesa Johannssen/REUTERS
En diversas capitales y en la Conferencia de Seguridad de Múnich, diversos políticos y analistas destacaron que la muerte de Alexei Navalny deja en evidencia la brutalidad del régimen ruso.
La noticia de la muerte del conocido crítico del Kremlin Alexei Navalny causó consternación e indignación, también en Alemania. El canciller alemán, Olaf Scholz, fue sorprendido por la noticia durante una reunión con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. El gobernante alemán se mostró impresionado y relató que se había encontrado con Navalny en Berlín, en 2021, cuando se recuperaba de un intento de envenenamiento, y que había conversado con él acerca del gran valor requerido para regresar a Rusia. Ahora pagó ese valor con su vida, dijo.
También Zelenski mostró su indignación. Y responsabilizó a Putin de la muerte de Navalny. “A Putin le da igual quién muera, mientras él conserve su posición. Y, por eso, Putin debe perderlo todo. No debe conservar nada y debe ser juzgado por lo que ha hecho”, declaró el presidente ucraniano, antes de partir desde Berlín hacia la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Igualmente impresionados se mostraron también muchos participantes en dicha conferencia, en la que numerosos ministros, políticos y expertos discuten, entre otros temas, sobre cómo enfrentar la agresión rusa contra Ucrania.
La mujer de Navalny, Julia, declaró que todavía no había recibido confirmación de la muerte de su esposo. Pero afirmó que, de ser cierta la noticia, Putin y sus aliados “deben ser castigados por lo que le han hecho a nuestro país, a mi familia y mi marido”.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, recordó la suerte corrida por numerosos críticos del Kremlin y agregó que “en Rusia, todo aquel que representa a la oposición es asesinado o llevado a la cárcel”. Afirmó, además, que la muerte de Navalny muestra “el verdadero rostro del régimen autoritario ruso”.
Igualmente, Irina Scherbakova, cofundadora de la organización de derechos humanos Memorial, entretanto prohibida en Rusia, habló de un “terrible crimen del régimen de Putin”. Afirmó que Navalny, “en todos estos años, se ha convertido en un mártir que pasará a la historia”, aunque eso no sea consuelo para nadie.
El conocido historiador británico Timothy Garton Ash indicó que “Navalny fue un verdadero héroe ruso, de extraordinaria valentía”. Agregó que su muerte pone en evidencia la “absoluta brutalidad y falta de escrúpulos del régimen de Vladimir Putin”, pero también demuestra que “existe otra Rusia”. A su juicio, el mundo debe entender de una vez que se trata de “un dictador muy peligroso, que libra una guerra en Europa y estaría en todo momento en condiciones de comenzar otra”.
El político alemán Sergej Lagodinsky habló de una situación trágica, desgraciadamente previsible. El político de Los Verdes, de origen ruso, dijo a DW en Múnich que “la cúpula rusa es culpable de muchas muertes, no solo en Rusia, sino también en Ucrania y muchas otras regiones”. Su correligionario Anton Hofreiter opinó que Occidente “debe comprender finalmente que Rusia es una dictadura, que Putin solo entiende la fuerza y que cualquier forma de apaciguamiento conduce únicamente a que Rusia se vuelva más agresiva”.
“La terrible realidad es que tiene mucha sangre en sus manos, comenzando por la sangre de muchos civiles ucranianos y otros”, señaló a DW Alina Poljakova, directora del Centro de Análisis de Política Europea (CEPA), con sede en Washington. E hizo notar que “aún hoy hay una serie de otros presos políticos en Rusia, que deben temer el mismo final”. Según la experta, “no podemos llevar a cabo negociaciones con un régimen que mata a su propio pueblo. Ese es el mensaje que debemos llevarnos”.
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