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Cuando queda muy claro quienes son nuestros amigos y quienes no

“(a) Rezai lo busca la justicia argentina por: “homicidio doblemente agravado”; esto es, como responsable intelectual directo del atentado contra la AMIA”

El pasado 19 de enero, en la sede de la OEA, en la ciudad de Washington, esa organización regional condenó expresamente la aparición de un alto y conocido funcionario iraní en Managua, Mohsen Rezai, con motivo de la nueva asunción presidencial del dictador nicaragüense, Daniel Ortega.

Ocurre que se trata de uno de los personajes peligrosos más buscados,que todavía hoy siguen prófugos, a los que se tiene por responsables del atentado terrorista que fuera perpetrado contra la AMIA, en Buenos Aires.

De inmediato, el representante de Nicaragua ante la Organización, Sr. Arturo McFields, aclaró,con total descaro,que el mencionado Rezai “siempre tendrá las puertas abiertas”en Nicaragua. Mc Fields no debiera ya tenerlas en nuestro país.

Aunque, como efectivamente sucede, Rezai esté buscado formalmente por la justicia argentina por haber nada menos que asesinado cobardemente, en Buenos Aires, a muchos de nuestros conciudadanos. Nicaragua, agregó el alto funcionario antes aludido: “es una nación soberana y puede invitar a su casa a las personas que considere convenientes”. A manera de desafío.

Esa desgraciada frase supone un abierto desprecio hacia nuestro país y hacia todos sus ciudadanos. Los de la Comunidad Judía y los demás. Y contiene, además, una afrenta gratuita y vergonzosa para todos los familiares de los muertos en el atentado criminal contra la AMIA. Y, por ello, debió ser objeto de terminante rechazo y del llamado inmediato a Buenos Aires del nespótico embajador argentino en Nicaragua, Mateo Daniel Capitanich, quien, en cambio, concurrió -sonriente y desaprensivamente- a la nueva asunción presidencial del dictador Daniel Ortega y de su mujer, la poderosa Rosario Murillo. Como si nada pasara.

Por eso, en una reunión inmediatamente posterior de la mencionada OEA se promulgó una resolución que tiene perfiles bastante insólitos. La que pide a sus Estados Miembros: “respetar las alertas rojas de Interpol”. Como si ello no fuera algo absolutamente de cajón, sino una actitud de tipo más bien opcional.

Las alertas rojas vinculadas con el atentado contra la AMIA están, recordemos, en vigor desde el 2007. Además, al mencionado Rezai lo busca la justicia argentina por: “homicidio doblemente agravado”; esto es, como responsable intelectual directo del atentado contra la AMIA, que fuera cometido el 18 de julio de 2007.

Además de la Argentina y de los EEUU, suscribieron esa resolución de la OEA la mayor parte de sus Estados Miembros. No lo hicieron, en cambio, ni Venezuela, ni Uruguay.

Nuestra Cancillería no consideró que debía actuar ante semejante desprecio por parte de Nicaragua a nuestro hoy bastante descolorido país, que -con una evidente, aunque injustificada, simpatía abierta hacia Nicaragua- permaneció curiosamente en silencio. Lo que, evidentemente no fue una actitud digna, está claro.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

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