El Eln es actualmente una organización armada ilegal débil en lo militar y en lo político que busca subsistir valiéndose del narcotráfico y concertando alianzas en desigualdad de condiciones con las Farc. La lectura la hacen analistas de la Fundación Seguridad y Democracia que dirige el politólogo Alfredo Rangel en un informe sobre la situación actual de este grupo guerrillero.
Informe especial de la Fundación Seguridad y Democracia
El análisis, que coincide con el hecho de que 29 guerrilleros del frente Héroes
de Anorí entregaran sus armas y se acogieran a los programas de desmovilización
y reinserción en la sede del batallón Atanasio Girardot de Medellín, presenta a
un Eln diezmado por los golpes militares de la Fuerza Pública, los paramilitares
y las Farc, replegado a zonas selváticas o montañosas, con dificultades para
sostenerse pero no derrotado aún.
Según el estudio, la situación actual
del Eln se refleja en su escaso protagonismo militar, la disminución de sus
acciones terroristas, la escasa influencia que ejerce en zonas que antes eran de
su control como Barrancabermeja, el Magdalena Medio y sur de Bolívar, el
departamento de Arauca, la región del Catatumbo y Antioquia, y las divisiones al
interior de la organización guerrillera.
Esta debilidad, señalaron los
analistas, se hizo presente durante la entrega este pasado martes de los
miembros de un frente como Héroes de Anorí que llegaron a contar con varias
columnas móviles y constituirse, junto con el Carlos Alirio Buitrago, en una de
las organizaciones armadas ilegales que mayores secuestros perpetró en el
país.
Según su comandante, Ramiro Alberto Ruiz, alias ´Eduard´ su entrega
fue planeada desde hace un año antes. Este grupo del Eln, de acuerdo con el
estudio de Seguridad y Democracia, ha debido afrontar una fuerte ofensiva del
Ejército denominada Operación Marcial, puesta en marcha a partir de 2003, Más de
500 combates con tropas adscritas a la Primera y Segunda División no sólo los ha
diezmado sino que ha aumentado las desmoralización en el grupo.
Sin
contar los continuos enfrentamientos con frentes de las Farc y bloques
paramilitares en la zona con quienes disputan también el territorio.
Las alianzas
El
estudio ha calculado que, en este momento, el Eln afronta un déficit en sus
finanzas que calculó en 300 millones de dólares y su única manera de subsistir
es vinculándose al narcotráfico. De acuerdo con informes de los organismos de
seguridad y los servicios de inteligencia militares citados por los analistas,
El Eln estaría manejando con las Farc los cultivos ilícitos y producción de
droga en Nariño.
De obtener 50 millones de dólares anuales por el boleteo
a firmas petroleras y carboníferas ahora son menores, y las extorsiones han sido
monopolizadas por las Farc. La explotación del oro, por su parte se volvió una
actividad exclusiva de los grupos paramilitares.
Al parecer en Nariño se
ha presentado una especie de división del trabajo y ´los elenos´ protegen los
laboratorios ubicados en la margen izquierda de la cordillera occidental. De
hecho, las incursiones de la guerrilla en varios municipios ha tenido como
objetivo el de marcar territorios más que una estrategia para atacar a la Fuerza
Pública. Ante el control que ejercen las autodefensas de los urbanos.
Estas alianzas también se están presentado en el macizo colombiano, en
especial en la bota caucana; el norte del Tolima, el sureste antioqueño, en
Arauca y en la región de Catatumbo. Los analistas de Seguridad y Democracia
indican en su estudio que lo hacen, primordialmente, para sobrevivir a los
ataques de la Fuerza pública y los paramilitares.
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