“¿Está usted comprometido con la Constitución de la República de China?”, preguntó una periodista durante el debate televisivo en directo con los candidatos a la presidencia de Taiwán en los comicios que tendrán lugar el 13 de enero. Una pregunta controvertida, que apunta a las relaciones entre la República de China (RC) y la República Popular China (RPC).
El de la República Popular es “único gobierno legítimo de China”
La República de China/Taiwán está en gran medida aislada, según el derecho internacional. Las Naciones Unidas y la mayoría de los países del mundo han reconocido a la República Popular China como el único gobierno legítimo de China desde 1971. Al igual que Alemania, no tienen relaciones diplomáticas con la República de China/Taiwán. Sólo 13 países reconocen a Taiwán, en su mayoría Estados más pequeños de América Latina y el Pacífico, además de la Santa Sede en el Vaticano.
La República Popular China considera a Taiwán una provincia separatista. La Constitución de la República Popular China establece en su preámbulo: “Taiwán es parte integral del territorio sagrado de la República Popular China”.
Por eso en el continente no se habla de las próximas “elecciones presidenciales”, sino de “elecciones regionales en Taiwán”. A los ojos de Pekín, el término “Taiwán” es provocante. Implica la visión de las fuerzas políticas en la isla, que aspiran a la independencia taiwanesa. En organizaciones internacionales, Taiwán lleva el nombre de “Taipéi Chino”, como en el Comité Olímpico Internacional (COI), o “Territorio Aduanero Distinto de Taiwán, Penghu, Kinmen y Matsu”, como en la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el nombre de Taiwán más tres islas.
Sobre la base de la Constitución de la República Popular China, en 2005 la Asamblea Nacional Popular de China, el seudoparlamento de Pekín, aprobó la “Ley antidivisión” que legitima el uso de la fuerza para conquistar Taiwán, si la isla se declarara un Estado independiente. Ya se están lanzando numerosos misiles contra objetivos estratégicos en Taiwán. Los aviones de combate chinos cruzan repetidamente la llamada línea mediana en el estrecho entre el continente y la isla, el Estrecho de Taiwán.
Para Taiwán se aplica la versión de 1947 de la Constitución de la República de China. Después del final de la Segunda Guerra Mundial en Asia, en 1945, el Partido Nacional del Pueblo Chino, o Kuomintang, del fundador del Estado, Sun Yat-sen, libró cuatro años más de guerra civil contra los comunistas bajo el liderazgo de Mao Zedong. Después de perder la guerra, el Kuomintang se retiró a la isla de Taiwán, en 1949.
La Constitución de la República de China no ha definido la frontera del país. El Artículo 4 de 1947, que todavía está en vigor, determina: “El territorio de la República de China según sus fronteras nacionales existentes no será alterado, excepto por resolución de la Asamblea Nacional”.
Desde 1947, la Asamblea Nacional Popular de la República de China/Taiwán no ha tomado ninguna resolución sobre las fronteras del país. Eso significa que también el continente, según la Constitución de 1947, es parte de la República de China. Una declaración de independencia de Taiwán no sería acorde con la Constitución.
¿Estados Unidos como patrocinador de Taiwán?
Cuando Estados Unidos inició relaciones diplomáticas con la República Popular China, en 1979, el Congreso estadounidense aprobó la Ley de Relaciones con Taiwán en abril. Dicha ley crea la base para relaciones pro forma con el gobierno de Taipéi. Además, obliga al gobierno estadounidense a “suministrar a Taiwán armas de naturaleza defensiva” y a “mantener la capacidad de Estados Unidos para resistir cualquier uso de la fuerza u otras formas de coerción que puedan poner en peligro la seguridad o el sistema social o económico de la población de Taiwán”.
Si hubiera un primer ataque militar a Taiwán por parte de la República Popular China, Estados Unidos no estaría necesariamente obligado a defender a Taiwán militarmente. Sin embargo, también hay discusiones en Washington sobre si la Casa Blanca debería comprometerse mucho más explícitamente con la defensa de Taiwán. El trasfondo de esas discusiones es “la extendida percepción en Washington de que el balance de las fuerzas militares en Asia se orientan a favor de China”, escribió el politólogo Marco Overhaus, de la Fundación de Ciencias y Política (SWP), de Berlín. Asimismo, “China invierte desde hace años selectivamente en las llamadas capacidades C4/SR y A2/AD (Anti-Access/Area-Denial), como misiles balísticos y misiles crucero. Esas capacidades bélicas le dificultarían enormemente a EE. UU. acudir en ayuda de Taiwán en caso de conflicto”, añade.
La cuadratura del círculo
Volvamos a la pregunta sobre el compromiso de los candidatos presidenciales con la Constitución de la República de China. La complicada situación jurídica actual en la República de China/Taiwán no permite que la república insular se declare independiente. Eso sería una clara violación de su propia Constitución. Sin embargo, según las encuestas, la mayoría de la población rechaza la reunificación con el continente tal como se la imagina el gobierno de Pekín.
El marco jurídico en el que Taiwán se relaciona con China continental sigue siendo sólo una cuestión puramente teórica, y el tema de la campaña electoral. Sin embargo, las respuestas de los candidatos a la controvertida pregunta adquirieron matices notables.
El candidato más prometedor del gobernante Partido Progresista Democrático (PPD) y vicepresidente de Taiwán, Lai Ching-te, respondió evasivamente y redujo la Constitución a los derechos civiles garantizados por el Estado y la forma democrática de gobierno. “En la práctica, en Taiwán sólo se aplican actualmente las enmiendas a la Constitución”, aclaró Lai. Ya en 2017, Lai fue criticado por su afirmación de que era un funcionario político que abogaba por la “independencia de Taiwán”.
Desde la democratización de Taiwán, en la década de 1990, la Constitución ha sido enmendada siete veces para allanar el camino hacia la consolidación de la democracia. Algunos párrafos de la Carta Magna fueron derogados o complementados. Sin embargo, la definición de territorio nacional no se modificó. Solo se añadió un nuevo término: “Free Area” (Zona libre), que es administrada de iure por el gobierno en Taipéi, al contrario del “continente”, que está bajo la administración de Pekín. El término “Zona libre” regula, entre otras cosas, el derecho a la elegibilidad en cargos estatales de la República de China.
Por el otro lado, el candidato opositor del Kuomintang, Hou Yu-ih, dijo que la Constitución “está tallada en su corazón”. La Zona Libre y el continente solo podrían lograr una convivencia pacífica si “no reconocen ni revocan la soberanía del oponente”.
El tercer candidato, Ko Wen-je, del Partido Popular Taiwanés (PPT), respondió de manera retórica: “Nosotros tres nos presentamos como candidatos, no para el cargo de gobernador de un estado de Estados Unidos, ni tampoco para el cargo de gobernador de una provincia china, sino para el despacho presidencial de la República de China. ¿Por qué estamos aquí si no respetamos la Constitución?” Ko, que fue alcalde mayor de la capital Taipéi durante ocho años, puntualizó: “¿Por qué estamos discutiendo una pregunta que no tiene respuesta? Sería una pérdida de tiempo y energía. Por el momento, ni la reunificación ni la independencia son una opción política real. Lo único que queda es el statu quo”.