América, Política

Estados Unidos se toma en serio América Latina

Insulza es deudo de la unidad y del consenso y sabe que América no puede construirse frente a Estados Unidos, frente a la revitalizada y esperanzada Centroamérica o frente a países como Colombia. Estados Unidos ha sabido reaccionar y no caer en la trama chavista. Rice parece que se toma en serio América Latina y esa es una mala noticia para Chávez.

Pablo Izquierdo

Todos los representantes, excepto
Venezuela, hicieron discursos protocolarios a favor de la unidad hemisférica y
de gratitud a México, el Salvador e incluso EE.UU.,  por haber dinamizado el proceso electoral
en el seno de la
OEA
y buscado finalmente el consenso. Las intervenciones no
ocultaron la división pasada pero fueron correctas desde la costumbre
diplomática y resaltaron la unidad lograda. Prácticamente todos los países
renovaron sus esperanzas en la
Carta
Democrática
que está en el origen
fundacional de la
OEA
y advirtieron sobre los peligros actuales que amenazan ese
compromiso democrático de América.


 


Después de la votación y además de
Venezuela, pidieron la palabra e intervinieron también Panamá, Colombia,
Paraguay, Canadá,  el representante
del CARICOM,  EE.UU., El Salvador,
Ecuador, Costa Rica, Nicaragua, Uruguay, 
Chile, entre otros. No lo hicieron Perú y Bolivia afectados por intereses
bilaterales con Chile.


 


Analistas destacados por DE en el
seno de la OEA
informaron que fue enormemente llamativo 
el incendiario discurso del representante venezolano, el embajador
Valero. Habló, según dijo, en representación especial del presidente Chávez y el
canciller venezolano, para advertir a Insulza que “tiene una enorme
responsabilidad y que no existe un modelo único de democracia en América Latina.
La OEA debe
respetar los cambios políticos que se están produciendo en la región hacia un
democracia más participativa… que supone la quiebra del modelo neoliberal y el
fracaso de la democracia tradicional… amparada en el capitalismo salvaje”.
Advirtió también, el embajador Valero, e insistió en que “existen diferentes
modelos democráticos y que estos deben ser respetados desde el principio de
soberanía y autodeterminación de los pueblos que legitima la propia
implementación de sus sistema de justicia y
representación…”


 


En el recinto donde se celebraba
la asamblea pudo observarse el ridículo de la intervención del representante
venezolano tanto por su tono, fuera de lugar, como por el contenido de sus
advertencias y “condiciones” al nuevo secretario general y al papel futuro de
la OEA.  Prácticamente todos los
representantes hicieron hincapié en que la elección de Insulza revitaliza la
unidad del continente y desmiente a quienes han pretendido durante el proceso de
elección señalar una división ideológica, así como el papel de la organización
en defensa tanto de los procesos democráticos como del ejercicio democrático del
poder. El subsecretario Noriega, representante norteamericano fue muy explícito
al señalar la importante elección para la democracia americana y la derrota de
quienes han querido dividir el hemisferio en dos líneas
ideológicas.


 


En ese sentido, la intervención de
Insulza fue paradigmática. El canciller chileno recordó que sin unidad
la OEA no podrá
acometer reformas para recuperar relevancia política y capacidad de acción.
Después de asegurar que esperaba que el diálogo resolviera las diferencias
bilaterales de su país con Bolivia o Perú, aseguró que los pueblos americanos
tienen derecho a la democracia y los gobiernos, elegidos democráticamente, deben
ejercer su poder democráticamente, con respeto al estado de derecho, a las
minorias y a los derechos y libertades de los ciudadanos y extender los
beneficios de la democracia a todos para prevenir el populismo y el
autoritarismo”.


 


En rueda de prensa posterior
Insulza agradeció el papel de EE.UU y su nueva manera de estar en el proceso de
elección y su determinación final de buscar el consenso y la unidad. Preguntado,
 aseguró que no va a promover un
cambio de situación de Cuba con la
OEA
, pues no existe consenso en la organización y que ese
cambio no se produciría mientras no existiera un consenso muy mayoritario.
Insulza, esbozó los tres grandes ejes de su programa o propuesta en materia de
seguridad y paz, democracia y desarrollo. Reiteró que un gobierno democrático
debe gobernar con respeto a los principios democráticos y para que la democracia
pueda dar respuestas a los ciudadanos es preciso fortalecer las instituciones
democráticas y no lo contrario.


 


No es poca la tarea de Insulza. A
nadie se le escapa la mala imagen de una organización que suele llegar siempre
tarde a los acontecimientos. Como dijo el representante nicaragüense: “la
democracia es el vínculo de la
OEA
y esta debe estar donde quiera esté amenazada. Esperamos
una OEA que defienda su Carta Democrática con anticipación y que esta no se
convierta en una “carta post morten, en una carta
forense”.



De momento a Chávez y Castro
su estrategia les ha salido mal. Una estrategia de división amparada en los
legítimos intereses de un país como Chile, donde el desarrollo y la democracia
están siendo posibles. Insulza es deudo de la unidad y del consenso y sabe que
América no puede construirse frente a Estados Unidos, frente a la revitalizada y
esperanzada Centroamérica o frente a países como Colombia. Estados Unidos ha
sabido reaccionar y no caer en la trama chavista. Rice parece que se toma en
serio América Latina y esa es una mala noticia para Chávez.

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