…vivimos en la desconfianza y la incertidumbre…
Tenemos los españoles una leve y corta historia democrática reciente. Son treinta y cinco años tan solo. Fueron ejemplares los que lideraron el cambio del tardo franquismo a la democracia plena, en sus errores y aciertos. Hubo un tiempo en España donde el error en política era parte del camino, era un aprender para acertar.
Acostumbrados, como estábamos, a férreos paternalismos, no faltaron demócratas “nuevos” en la derecha y sobre todo en la izquierda los que ambicionaron un nuevo régimen estable y duradero sin resquicios a la alternancia. No fueron pocos tampoco los que trabajaron por la imposición de sus propias ideologías y el aplastamiento de las contrarias o distintas.
No tuvieron éxito entonces y se impuso la ilusión democrática de millones de españoles que por pensar distinto no querían dejar de vivir juntos. Eran tiempos en los que se miraba al futuro y el pasado estaba recordado y parecía aprendido.
Hubo un tiempo en España donde los gobernantes de la recuperada democracia inspiraban confianza o al menos parecían previsibles. Los españoles tomaban sus decisiones sin miedo a la represión civil. Pensar distinto no era un hándicap para vivir y trabajar.
¿Dónde están ahora aquellos del centro, la derecha y la izquierda que nos hicieron a todos soñar y trabajar? ¿Cuántos quedan y donde están ahora los que estuvieron en primera y recordamos, pero también los de la segunda y tercera línea de una ejemplar transición? Haga cada cual su propia lista.
Hoy los españoles vivimos en la desconfianza y la incertidumbre. Ha vuelto el miedo. El poder se aferra al poder y persiste pertinaz confiando en las propagandas convenientes mientras los españoles, todos, desean un radical cambio en las cosas de la política.
Los que a la oposición apoyan claman por Elecciones y cambio urgente. Los que votan al gobierno quieren que los que están ahora dejen a otros, de entre los suyos, el timón de una nave a la deriva. Así están las cosas.
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