Oriente Próximo, Política

Jordania busca regresar a la normalidad

Editorial
Los sangrientos atentados del 9/11 en Jordania han obligado al rey Abdalá II a realizar cambios importantes en su gabinete. Ayer, el rey nombró primer ministro a su asesor nacional de seguridad, Maruf al Bajit, en sustitución de Adnan Badran, quien dimitió horas antes por los atentados de Amán. Con anterioridad, Abdalá II había disuelto la cámara del Senado, conocida también como el Consejo Real y nombrado a 55 nuevos senadores. En Jordania, la mayoría de los poderes residen en el rey, que designa gobiernos, aprueba legislaciones y puede disolver el Parlamento.

El monarca había incluido entre los miembros del renovado órgano al ahora despedido jefe de Gobierno, Adnan Badran, junto a otros siete ex primeros ministros, así como a un gran número de anteriores portadores de carteras ministeriales y a relevantes figuras de la vida pública jordana.

El rey jordano mandó reforzar la caza de células integristas islámicas en todo el reino y llevar a cabo registros en barrios pobres de Amán donde viven muchos trabajadores iraquíes. Jordania, que cuenta con un elevado número de población iraquí, es uno de los dos países árabes que ha firmado acuerdos de paz con Israel y ayudó a Washington en la guerra de Irak.

¿Fueron las fluidas relaciones con Occidente la causa del atentado? La prensa mundial se precipitó a buscar coordenadas entre Al Qaeda, Zarqawi –que es jordano- y la cercanía diplomática de la monarquía hachemita con Estados Unidos e Israel. Este entendimiento con Occidente la situaría en la mira terrorista del odio islámico y cabría esperar más intentos de ataques suicidas en el país.

Es lo que piensa Gustavo de Arístegui, diplomático y diputado del Partido Popular, al alertar que este atentado en Jordania no será el último, y que los europeos tenemos que pensar en que Al Qaeda en Europa está bastante intacta. Arístegui resalta la movilidad de las células de Al Qaeda y sus bases en Europa: "Al Qaida se ha conseguido establecer en Europa, especialmente por medio del Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC), que ya no es una organización exclusivamente argelina, y de la que es ideólogo principal el jordano Abu Qatada, así como del Grupo Islámico de Combate Marroquí (GICM), establecido por orden de Al Qaida en 2002, posiblemente en Londres, y cuyo jefe visible (aunque se duda que sea su verdadero emir) es Mohamed Guerbuzi".

Para Walid Phares, experto terrorismo árabe, la "causa raíz" de la acción islamista contra Jordania sería que los hachemitas son musulmanes moderados, probablemente los más exitosos a la hora de distanciar su religión del barbarismo de Zarqawi. En otras palabras, el yihadismo desprecia a los hachemíes de Jordania y a la política de Abdalá II por ser buenos aliados de Occidente, lo cual los convierte en corruptos antiislámicos y apóstatas.

No hay que olvidar que hace algunos meses intentaron volar la sede del servicio de inteligencia jordano y la oficina del entonces primer ministro Adnan Badran con camiones bomba cargados con sustancias químicas que hubiesen podido causar la muerte, según las autoridades de ese país, a más de 80.000 personas.

En suma, esto obliga a Jordania a reforzar sus defensas civiles y militares. Difícilmente se logre con un maquillaje ministerial. Su fortaleza como monarquía constitucional no contaminada de fundamentalismo islamista es también lo que la hace más vulnerable. Las muestras de apoyo y de condolencias deberían dar lugar a concretas demostraciones de apoyo en materia de seguridad que impidan una seguidilla de atentados.

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