“Cambiar de un sistema de reparto a capitalización es difícil pero cambiarlo de capitalización a reparto es más difícil aún.”
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Lunes, 09 de diciembre 2024
“Cambiar de un sistema de reparto a capitalización es difícil pero cambiarlo de capitalización a reparto es más difícil aún.”
Admite que ahora puede disfrutar más del fútbol. Desde que Luis Larraín dejó la presidencia del club de fútbol Universidad Católica ha podido abocarse al 100% a su otra pasión: la dirección ejecutiva del emblemático centro de pensamiento neoliberal, Libertad y Desarrollo (LyD).
Desde esa tribuna observa los clamores contra las AFPs, uno de los pilares del sistema económico chileno y comenta: “gran parte del descontento es producto del éxito de nuestra economía porque la expectativa de la gente está relacionada con su remuneración final y no se acuerda cuánto ganaba cuando empezó a cotizar. Esta es una paradoja y mientras más se incrementen las remuneraciones reales menor será la tasa de remplazo, cuando partió este sistema en los 80 las remuneraciones eran distintas y por eso las pensiones son tan bajas. No porque las AFPs se hayan robado la plata”.
¿Qué le parece el llamado de la Presidenta a un acuerdo nacional?
– Aquí hay una manifestación de buena voluntad de parte de la Presidenta, lo que uno debiera esperar es si los hechos confirman esa buena voluntad: si de verdad ella quiere llegar a acuerdo entonces suponemos que se discutirán seriamente los elementos técnicos principales de esta reforma.
¿Cuál es el principal tema a abordar?
– El 5% de cotización adicional. Imaginemos el peor escenario donde todo ese 5% va a un Fondo Solidario. El efecto económico es de un impuesto al trabajo equivalente a la mitad de la reforma tributaria (1,5 puntos del PIB). En el fondo, ellos están sacando las castañas con la mano del gato, y como no tienen recursos para aumentar el pilar solidario hacen esta mezcla de que el financiamiento sea con un impuesto al trabajo, lo que tiene un efecto negativo sobre la economía.
¿Afecta a todos en general?
– En el segmento de la clase media está el mayor problema de brecha entre la expectativa y la realidad. Si vemos el pilar solidario, si bien es bajo, lo que se obtienen no es tan alejado de lo que percibían como última remuneración. Por tanto no tienen el problema de tasa de reemplazo; y la gente de altos ingresos, más arriba del tope, en general, hace ahorro voluntario. En cambio, si a las personas de clase media se le aumenta el tope imponible en un 50% y además se le obliga a cotizar un 5% más, de lo cual nada va a su futura pensión, sale para atrás, porque le va a bajar el sueldo y no le va a subir su pensión. Creo que es excesivo que el 5% se vaya a solidaridad, porque es un desincentivo a ahorrar para la vejez.
¿Plantean otra distribución?
– Si vamos a hacer un esfuerzo tan grande con el aumento en un 50% de la cotización, una parte de eso debe beneficiar al propio trabajador cuyo empleador hace la cotización. Yo entiendo que ese punto estaría para la discusión si escucho a Rodrigo Valdés, ministro de Hacienda. Pero si escucho a Ximena Rincón, ministra del Trabajo, que dice que ni un porcentaje irá a las cuentas individuales, uno tiene el legítimo escepticismo. Supongo que la disposición de la Presidente al diálogo implica que vamos a estar conversando respecto de ese porcentaje.
¿No será una propuesta a tejo pasado para llegar a un punto medio, después?
– Puede ser. Pero si Jorge Burgos tiene razón, entonces lo del tejo pasado no corre mucho porque hay otra gente que está diciendo que acá el movimiento era No Más AFP, y la Presidenta presenta una reforma que dice si más AFP. Y si uno mira la historia de los proyectos de ley que han ingresado durante este gobierno, en general han salido más cargados a la izquierda que el original. Entonces esa negociación termina siendo una negociación entre el Gobierno y los más de izquierda como los comunistas. El tejo se puede ir para los dos lados.
Aunque el tono fue distinto a otras ocasiones.
– Claro fue distinto, pero eso hay que refrendarlo con la negociación prelegislativa y el proyecto que se presente. Podría ser una concesión táctica: si al final la política de no transar y de forzar la máquina de los proyectos le ha resultado tan mal a la Presidenta, puede que finalmente sus asesores se hayan dado cuenta y le hayan dicho que mejor enmendar ese rumbo hacia algo más consensuado.
¿Fue un alivio que mantuviera la capitalización individual?
– Aunque igual entró con el reparto, no tomó la opción No Más AFP. Creo que no existe esa opción porque cambiar de un sistema de reparto a capitalización es difícil pero cambiarlo de capitalización a reparto es más difícil porque la única manera de hacerlo es expropiar la plata de los imponentes. No Más AFP es un slogan, pero impracticable.
¿Qué le pareció la propuesta de un sistema de reparto?
– El Gobierno está agregando un cuarto pilar, de reparto, que aparece como desmedido en la medida que se lleva todo el aumento de la cotización
¿Qué motivación tiene la oposición para apoyar este acuerdo nacional cuando el gobierno está tan debilitado?
– En estricto rigor la Nueva Mayoría (NM) no requiere de los votos de la oposición para aprobar su proyecto, pero creo que la oposición debe conversar y negociar con el Gobierno con el objetivo de que la reforma sea la mejor posible para el largo plazo, tiene que conversar para atenuar algunas ideas que considera malas en el proyecto.
¿Qué otros puntos, aparte del 5%, hay que atenuar?
– Hay una combinación que puede ser muy peligrosa que es AFP estatal con la idea de incrementar las lista de afiliados a licitar. Si se combinan puede significar un flujo de estatización del sistema porque sería un poco insólita una licitación llamada por el Estado donde participa la AFP estatal, quizás con qué instrucciones. Si aumenta el universo de cotizantes que entran en una licitación y hay una AFP estatal podría ocurrir que se empiece a estatizar el sistema por esa vía, esa cuestión hay que mirarla.
¿O sea este puede ser el inicio del fin de las AFPs?
– Sí. Pensemos que al introducir el reparto con un 5% a ese Fondo, más el pilar solidario, la capitalización individual queda reducida a un 10% y pasaría a ser la parte menos importante del sistema de pensiones. Y si además le agrega esta cosa con AFP estatal claramente hay una trayectoria de disminución del sistema privado.
¿Hay alguna inquietud peligro de parte de los dueños de las AFPs, que hoy en su mayoría son extranjeros, por los cambios que se están introduciendo?
– Desde el punto de vista del riesgo de los inversionistas extranjeros es la combinación AFP estatal y licitación, porque la incorporación de un director es más bien cosmética.
¿Y el cambio en las comisiones, de devolución si hay pérdida?
– Es un punto muy técnico donde hay que buscar una solución que evite que este objetivo de alinear los intereses de los afiliados con las AFP pueda perjudicar llevando a una regulación que las obligue a ser menos riesgosa. Hay otras formas de regular como el encaje.
¿Y las comisiones de intermediación?
– Los sistemas de administración funcionan de cierta manera, no son comisiones fantasmas ni ocultas, si todo el mundo sabe que cuando uno invierte en fondo mutuo tiene que pagar comisiones. Es casi de mala leche decirle oculta.
¿Qué efecto podría tener esa regulación sobre los fondos o las mismas AFPs?
– Depende como lo hagan. Si no lo hacen bien, al final puede ocurrir que sea menos transparente la administración de esos fondos, porque lo que no va ocurrir es que la comisión que cobra un tercero por administrar los fondos afuera, dejará de cobrarla porque en Chile a la Nueva Mayoría se le ocurrió que no debieran existir esas comisiones, la cobrarán de otra manera que a lo mejor será menos transparente.
¿Es necesario también cambiar el sistema de las Fuerzas Armadas, Dipreca y Capredena?
– Pienso que sí aunque no sé si los tiempos legislativos y políticos son suficientes porque es una reforma relativamente compleja. Hay dos cosas: este sistema de pensiones es un régimen generoso contra un sistema de remuneraciones bastante mezquino, y no me parece justo solamente tomarle la parte generosa y no revisar la otra parte. Creo que técnicamente se puede reformar su sistema de pensiones para adscribir al personal de Fuerzas Armadas y Carabineros en las AFPs pero tomando en cuenta su característica especial de la obligatoriedad de retiro antes, que se puede solucionar con bonos de reconocimiento.
¿Qué posibilidades hay de que llegue el cambio de gobierno y no se haya aprobado el proyecto?
– Veo difícil que la NM teniendo las mayorías en el Congreso deje de pasar la oportunidad de hacerlo porque va a tener un rédito político. Si no ocurre así el problema queda para el próximo gobierno y el destino de 5% podría cambiar. Pero lo más probable es que dentro de este gobierno se termine de aprobar esta reforma, y se podría avanzar en el diseño del sistema de las FFAA.
¿Podría influir esta reforma en un cambio de ánimo del empresariado?
– Efectivamente, hace poco se dijo que había terminado la obra gruesa y no venían más cambios, y por una circunstancia ajena a la voluntad del Gobierno ocurre todo este movimiento. Mientras no se despeje cuestiones como que pasará con el 5% se crea un factor más de incertidumbre respecto a la contratación de personas.
¿Cómo ve la renovación de la derecha?
– Se ve algo, hay figuras nuevas como Jaime Bellolio y Felipe Kast, que no han logrado el nivel de Gabriel Boric y Giorgio Jackson, porque no fueron parte del movimiento estudiantil. Pero a nivel de elite más intelectual ya se les reconoce. Claro que la teoría del ciclo no se produce ahora si los candidatos son Lagos y Piñera, es para reírse un poco de esa teoría. El desafío de Piñera es contribuir como líder a producir la renovación porque efectivamente la izquierda tiene gente bien aspectada.
¿Da por sentado que será Sebastián Piñera el candidato de la oposición?
– Creo que va a ser apreciando la realidad, las encuestas, la misma disposición que se escucha cuando converso con parlamentarios. No le veo un adversario serio.
¿Entonces es necesario realizar primarias?
– Sería bueno hacerlas igual, porque hay gente que quiere ir.
¿A riesgo de una paliza?
– Bueno, hay algunos dispuestos a la paliza. Ahora cuando la paliza es muy fuerte, de repente es contraproducente; pero para la gente muy joven la paliza le permite marcar algunos puntitos; para los no tan jóvenes es más discutible, pero ya es un problema de ellos…
¿Qué se puede leer de la arremetida de Jorge Burgos?
– Creo que está representando un sentimiento de una parte importante de los votantes DC, ahora qué futuro político tiene, no sé.
¿Cree que la Nueva Mayoría (NM) termina en este período electoral como lo anticipó el ex ministro del Interior?
– No estoy tan seguro porque no veo a Lagos, que creo puede ser candidato, desahuciando a la NM violentamente aunque obviamente yo creo que un gobierno de Lagos con la NM será distinto que éste. No lo veo sacando tan fácilmente a los comunistas fuera de la coalición, puede que le cambien el nombre, esa sería una solución de política, pero al final lo veo con los comunistas adentro.
¿Cuáles serán los ejes programáticos que se jugarán en la próxima elección?
– Tienen que responder a los temas más complejos: la seguridad ciudadana, a falta de dinamismo de la economía, resolver el funcionamiento de las prestaciones en salud ¡no se pueden seguir haciendo los lesos en esta materia!
¿Y revertir las reformas?
– La respuesta es matizada: en educación depende cómo quede; y en lo tributario habrá que cambiar algunas cosas pero veo difícil retrotraer los 3 puntos del PIB (Producto Interno Bruto) de recaudación, eso ya no se puede dado los compromisos asumidos, puede haber correcciones para que el sistema funcione mejor, pero no en la carga tributaria.
¿Volver al 100% integrado?
– Probablemente va a haber pasos para avanzar en esa dirección
Entrevista a Luis Larraín, Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, publicada en Pulso.-
© LyD
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