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En su tradicional discurso en el balcón, el presidente turco reconoció la derrota de su partido.Imagen: Emin Sansar/Anadolu/picture alliance

En su tradicional discurso en el balcón, el presidente turco reconoció la derrota de su partido.Imagen: Emin Sansar/Anadolu/picture alliance

“Punto de inflexión” para la Turquía de Erdogan

La principal preocupación de Erdogan radicaba en Estambul, metrópoli de 16 millones de habitantes, epicentro de un 20 % del empleo nacional y responsable de más de la mitad de las exportaciones e importaciones turcas. Junto con Ankara, Izmir, Adana, Antalya y Mugla, Estambul contribuye a casi la mitad del producto económico del país.

En las recientes elecciones locales de Turquía, celebradas durante el fin de semana de Pascua, el presidente Recep Tayyip Erdogan y su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) sufrieron un importante revés. En contra de sus ambiciones, el conservador AKP, de orientación islámica, no solo no recuperó el control de las principales ciudades turcas que perdió en 2019 a manos de la oposición, sino que vio cómo su apoyo se desvanecía incluso en capitales menores.

El principal beneficiario de esta situación fue el Partido Republicano del Pueblo (CHP), de centroizquierda, que se alzó con una notable victoria al obtener el 37,76 % de los votos en todo el país, triunfando en 21 ciudades pequeñas y 14 grandes, entre ellas Estambul, Ankara, Esmirna, Bursa, Adana y Antalya. Por su parte, el AKP obtuvo el 35,48 % de los votos, situándose por primera vez en la historia del partido como la segunda fuerza más popular del país.

Las recientes elecciones municipales se interpretaron como un referéndum a la administración de Erdogan, que no está habituado a lidiar con reveses tan significativos. En una intervención poco usual por su falta de entusiasmo el domingo por la tarde, Erdogan habló a sus seguidores, quienes se mostraron sorprendentemente desanimados. En su discurso, destacó el proceso electoral como un indicativo positivo para la democracia en Turquía, sin emitir advertencias hacia la oposición.

“Desgraciadamente, no hemos obtenido los resultados que queríamos”, dijo Erdogan a la multitud congregada en la sede del AKP en Ankara. “Por supuesto, respetaremos la decisión de la nación”.

Añadió que habría una valoración crítica de la derrota, señalando que no era el final para el AKP. Por el contrario, sería un “punto de inflexión”.

Los problemas económicos de Turquía, culpables de las pérdidas del AKP

Según expertos, la estrategia económica del Gobierno, incluyendo la insistencia en mantener bajos los tipos de interés, no ha logrado frenar la alta inflación ni la pérdida de poder adquisitivo, lo cual jugó un papel significativo en la contienda electoral.

“Fue precisamente la tensa situación económica lo que resultó decisivo para los malos resultados del AKP”, afirmó Salim Cevik, experto en Turquía del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, o SWP, con sede en Berlín.

Durante las campañas para las elecciones parlamentarias y presidenciales de hace un año, Erdogan repartió muchos “edulcorantes”, entre ellos a los pensionistas y a las rentas bajas. “Esta vez, con las arcas del Estado vacías, no pudo permitírselo”, dijo Cevik a DW, “lo que le llevó a la derrota”.

Todos los ojos puestos en Estambul

La principal preocupación de Erdogan radicaba en Estambul, metrópoli de 16 millones de habitantes, epicentro de un 20 % del empleo nacional y responsable de más de la mitad de las exportaciones e importaciones turcas. Junto con Ankara, Izmir, Adana, Antalya y Mugla, Estambul contribuye a casi la mitad del producto económico del país.

Para Erdogan, quien fue alcalde de Estambul entre 1994 y 1998, la ciudad no solo representa un bastión económico sino también un símbolo de poder político, al punto de afirmar que “quien gane Estambul, gana Turquía”.

Aun así, pese a la movilización de recursos estatales, el Gobierno no logró detener el avance del CHP en las urnas, especialmente en las ciudades clave de Ankara, Estambul y Esmirna, donde este partido se impuso con amplias ventajas.

En Estambul, el alcalde Ekrem Imamoglu, del CHP, conservó su puesto, proclamando estas elecciones como el inicio de la revitalización democrática en Turquía.

El alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu (CHP). Se le considera un futuro rival de Erdogan.
El alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu (CHP). Se le considera un futuro rival de Erdogan.Imagen: OZAN KOSE/AFP

Las victorias del CHP no solo refuerzan la posición de Imamoglu como potencial adversario de Erdogan en futuras elecciones presidenciales, sino que también evidencian una Turquía políticamente dividida, donde Imamoglu ha logrado atraer votantes de espectros ideológicos variados.

Ahora, según Emre Erdogan, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Bilgi de Estambul, tanto Imamoglu como el alcalde de Ankara, Mansur Yavas, emergen como figuras presidenciales potenciales.

No es el fin del AKP

Aunque algunos creen que estos resultados no señalan el declive definitivo del partido AKP de Erdogan, la presencia de Imamoglu plantea un reto importante. En concreto, su perfil conservador, su carisma y su capacidad para movilizar al electorado lo convierten en una figura atractiva no solo para los islamistas conservadores urbanos y los nacionalistas turcos, sino también, al no ser una figura polarizadora, en un aspirante viable para muchos kurdos urbanos.

Por otro lado, el Nuevo Partido del Bienestar, liderado por Fatih Erbakan, ha emergido como una fuerza considerable en estas elecciones, logrando victorias sin alinearse con Erdogan, lo que probablemente reste apoyos al AKP.

Así, la presencia de esta alternativa conservadora-nacionalista podría limitar la influencia de Erdogan, quien probablemente busque una futura alianza con el Nuevo Partido del Bienestar, aunque ello implicaría importantes concesiones por parte del presidente turco.

Elmas Topcu para DW.

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