El Informe de Coyuntura Económica , elaborado por el Instituto Libertad y Desarrollo, aborda, dentro de otros temas, la creciente presión que ha recaído sobre el Banco Central para que dé inicio al recorte de la Tasa de Política Monetaria, lo que pone de manifiesto la importancia de la autonomía del Instituto Emisor.
En la minuta de la Reunión de Política Monetaria de mayo pasado se detallaron las
reflexiones que realizaron los consejeros del Banco Central para decidir por unanimidad mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 11,25%. En ella, se señala que “el hecho que la inflación total bajara y la actividad y el consumo siguieran ajustándose no eran indicativos de que el problema inflacionario se había resuelto. De hecho, solo daban cuenta de que se iba por el camino correcto y que aún debía acumularse información para evaluar si la convergencia de la inflación a la meta de 3% se había consolidado”.
Para reafirmar lo anterior, el Consejo señala que, a pesar de que la inflación anual total se redujo considerablemente de 9,9% a 8,7% en mayo, no se percibe igual evolución en el caso de la inflación sin volátiles. Esta última se situó en 9,9%, lo cual es similar a los registros observados en los últimos meses, que han estado en torno al 10%.
De acuerdo a las proyecciones recogidas en la última Encuesta de Operadores Financieros del Banco Central, en junio, julio y agosto, los precios experimentarían un incremento mensual de 0,1%, 0,3% y 0,2%, respectivamente. Esto llevaría la inflación anualizada a 5,6% en agosto, lo cual permitiría vislumbrar un cierre a diciembre en torno a 5% o menos.
Esta trayectoria ha generado una creciente presión sobre el Instituto Emisor para que dé inicio al recorte de la TPM lo antes posible y así llegar niveles de 8% en diciembre, lo que implicaría una rebaja de 325 puntos base durante el segundo semestre. Lo anterior pone de manifiesto la importancia de la autonomía del Banco Central, que le permite a los consejeros establecer un corredor para la TPM que esté acorde a la convergencia de la inflación, de manera tal que no sea necesario tener que volver a subir la tasa de interés como consecuencia de un apresurado inicio de recorte de la TPM.
Este debate se repite en varios países. En Estados Unidos, por ejemplo, la inflación anual fue de 4% en mayo, lo que se traduce en un considerable descenso luego de haber llegado a niveles de 9,1% en junio del año pasado. Sin perjuicio de lo anterior, la Reserva Federal decidió mantener la TPM en 5,25% señalando que, si bien el crecimiento económico se ha moderado, la creación de empleo se mantiene dinámica y la inflación continúa en niveles elevados.
De esta manera, a pesar de la premura del mercado, el Banco Central transmitirá en su
próximo IPoM el nuevo corredor de la TPM que permita llevar la inflación de manera
adecuada a la meta de 3%.
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Informe preparado por el Programa Económico, Libertad y Desarrollo.
Responsable: Tomás Flores Jaña tflores@lyd.org / Redacción: Soledad Monge.