Europa, Política

Un viaje por sorpresa

Pues sí. Fue sorpresa el viaje de George Bush a Irak.

Era el segundo que hacía tras el comienzo de la campaña de Irak y llegó a suelo iraquí sin avisar a nadie, ni al propio Primer Minsitro Nuri al Maliki. "Como Pedro por su casa", porque, precisamente, eso es lo que es Irak: su casa.

 El Presidente Bush tiene plena conciencia de que Irak no sería lo que hoy es, una nación liberada de Hussein, eso sí sumida en el más absoluto caos, si no hubiera sido por aquella intervención militar.

 

El mensaje que ha querido trasladarle en persona el Presidente Bush es ni más ni menos que "cuando EE.UU. da su palabra, la cumple", en clara referencia al final de Al Zarqawi, pero no sólo de él, sino de lo que representaba. Ha sido un viaje para animar al incipiente Gobierno iraquí a seguir adelante con la hoja de ruta establecida para afianzar las instituciones democráticas occidentales en el país de las mil y una noches.

 

Se trata de un pulso entre los esfuerzos de un pueblo que desea vivir en paz en nueva era y los esfuerzos de unos pocos por ahogar ese sueño y sumir a Irak en un caos profundo, sin proyecto de futuro. A ver quién gana.

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