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CAIR lleva la película Obsesión a la Comisión Electoral norteamericana

La película Obsesión no tiene ningún contenido político y fue realizada mucho antes de comenzar la temporada electoral 2008, el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, pretende ahora hacer creer que la distribución nacional del DVD es un complot israelí para hacer que John McCain salga elegido.

Robert Spencer

A pesar del hecho de que la película Obsesión no tiene ningún contenido político y fue realizada mucho antes de comenzar la temporada electoral 2008, el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, aquel bastión de la moderación y la honestidad islámicas, pretende ahora hacer creer que la distribución nacional del DVD es un complot israelí para hacer que John McCain salga elegido. Y han presentado una queja a la Comisión Electoral Federal alegando exactamente eso.


 


Según MarketWire, “El Consejo de Relaciones Americano-Islámicas (CAIR) radicado en Washington está invitando a la Comisión a investigar si el Clarion Fund, una organización sin ánimo de lucro que distribuyó un DVD que contenía ´Obsesión: la guerra del islam radical contra Occidente,´ es en realidad una fachada de un grupo radicado en Israel concebido para ayudar al Senador John McCain a ganar las presidenciales norteamericanas.”


 


Esta es una acción muy reveladora por parte de CAIR. Revela en particular dos facetas clave de la mentalidad de CAIR:


 


·         Manifiesta que CAIR es plenamente consciente de que la jihad contra Israel forma parte integral de la jihad global, y que no es simplemente una lucha por recobrar “territorio robado a los palestinos.” De esta manera una película que recoja la naturaleza y los objetivos de la jihad global — Obsesión — beneficia a Israel.


 


·         También demuestra que CAIR piensa que John McCain va a combatir la jihad global de una manera que Barack Obama no cumplirá — y por tanto sostiene que la distribución de una película anti-jihad, que en un mundo cuerdo sería bien recibida tanto por la izquierda como por la derecha dado que la jihad global pretende destruir a ambas y rehacer Occidente desde cero, tiene que ser algún complot partidista.


 


Manifiesta además que CAIR se encuentra una vez más en el bando de la jihad equivocado, igual que lo han estado una y otra vez. El caso de los imanes voladores amenaza la capacidad del pasaje de informar de comportamientos sospechosos sin ser hostigados legalmente, y CAIR está allí. Sami Al-Arian embauca durante años a la izquierda haciéndola creer que es un gallardo luchador por la libertad de los palestinos sin el más remoto atisbo de apoyo al terrorismo, y CAIR le respalda hasta el final. ¿La Patriot Act? CAIR en contra — y no solamente de las partes legítimamente cuestionables, tampoco. ¿Ha patrocinado CAIR alguna vez una sola iniciativa antiterrorista que realmente pueda facilitar a las fuerzas del orden la identificación y captura de terroristas jihadistas? Para nada.


 


Aun así, este sombrío colectivo sigue disfrutando del apoyo de los medios de referencia, y es retratado de manera rutinaria como organización neutral “de derechos civiles.”


 


“Los electores estadounidenses,” decía el co-fundador de CAIR y director ejecutivo Nihad Awad, “merecen saber si están siendo objetivo de una campaña multimillonaria financiada y dirigida por un grupo extranjero que pretende fomentar la histeria anti-musulmana como manera de influenciar el resultado de nuestras elecciones presidenciales.”


 


Los electores estadounidenses también merecen saber si son objetivo de una campaña, multimillonaria o no, financiada y dirigida por supremacistas islámicos decididos a engañarles y timarles con el terrorismo jihadista islámico como manera de influenciar el resultado de nuestras elecciones presidenciales, e influenciar mucho más además. Recientemente, el valiente blogger egipcio Sandmonkey entrevistaba a Mohammed Habib quien, dice, “va camino de convertirse en el próximo Líder Supremo de la Hermandad Musulmana.”


 


Al final de la entrevista, Sandmonkey plantea a Habib una pregunta incómoda sobre la relación de la Hermandad Musulmana con el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, y se puede ver a Habib saliendo por la tangente: “Estooo…. Es un tema sensible, y es algo problemático, especialmente después del 11 de Septiembre,” dice.


 


¿Por qué es “un tema sensible”? ¿Por qué es “algo problemático”? En parte porque hay precedentes de que la Hermandad Musulmana quiere hacer más en Estados Unidos que simplemente “propagar una imagen positiva del islam junto a sus valores, cultura, historia y enseñanzas.” La Hermandad está inmersa, según sus propias palabras, en “una especie de Gran Jihad para eliminar y destruir la civilización occidental desde dentro y sabotear su miserable existencia con sus manos y las manos de los fieles de manera que [Occidente] sea eliminado y la religión de Alá salga victoriosa sobre todas las demás religiones.”


 


¿Toma parte CAIR en este esfuerzo? ¿Está intentando sabotear y destruir la civilización occidental de manera que “la religión de Alá salga victoriosa sobre todas las demás religiones” aquí en Estados Unidos? ¿Trabaja en tándem con otras entidades de la Hermandad Musulmana para lograr esto?


 


Y por encima de todo: ¿por qué no hay un solo periodista en todo Estados Unidos que vaya a plantear a Nihad Awad o a Ibrahim Hooper o a Ahmed Rehab o a Corey Saylor o a cualquiera en CAIR estas preguntas — especialmente en el contexto de esta falsa denuncia a la Comisión Electoral?

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