Las tensiones geopolíticas y comerciales se han convertido en el principal factor de riesgo para la evolución de la economía de América Latina. Esto se debe no solo a la significativa incertidumbre sobre el impacto que tendrá en la región la agenda de la nueva Administración estadounidense en los ámbitos de las políticas comerciales, migratorias y regulatorias, sino también a las eventuales reacciones que otros actores globales afectados puedan tener como respuesta a dicha agenda. Así, la región puede ver alterados sus flujos comerciales y de personas, el valor de sus monedas, las condiciones de financiación, los flujos de capitales, la resistencia del sector bancario y, por lo tanto, las perspectivas de actividad económica y las tasas de inflación.
En este entorno de elevada incertidumbre, se espera que la actividad económica de la región se desacelere en 2025 hacia tasas cercanas al potencial, de manera heterogénea por países. Con respecto a la inflación, aunque persisten riesgos al alza (algunos de ellos, idiosincrásicos por países), esta retomaría en los próximos trimestres su senda de reducción, con carácter general, tras la estabilidad de la segunda mitad de 2024. En este contexto, se viene observando una cierta diferenciación en la política monetaria, con subidas de tipos en Brasil, incipientes pausas en Chile, Colombia y Perú, y bajadas en México. En general, los cambios en los tipos de interés oficiales están siendo coherentes con la evolución observada y esperada de la actividad y la inflación en los distintos países. El tono de la política monetaria seguirá siendo restrictivo, y los mercados financieros descuentan escasas reducciones de tipos de interés oficiales en los países de la región y nuevas subidas en Brasil, muy condicionados por los desarrollos en Estados Unidos.
Las presiones depreciatorias registradas en los últimos trimestres, por el aumento del riesgo global y las perspectivas macroeconómicas y de la política monetaria estadounidense, se han visto en parte compensadas por factores y políticas nacionales. Mientras tanto, los aumentos de los tipos de interés a largo plazo en moneda local han venido determinados fundamentalmente por factores nacionales. Además, se mantuvo la entrada de capitales de cartera en la región, a pesar de la caída de la rentabilidad de las operaciones de carry trade.