África, Política

Golpe de Estado en Egipto

Los militares, dirigidos por el ministro de Defensa, Abdel Fattah al Sisi, tomaron la televisión estatal pública y se han hecho con el poder. De momento, se ha eliminado la Constitución y el nuevo presidente, hasta que se celebren elecciones, es el presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adly Mansur.

Ayer la división que hay en Egipto se plasmaba en las calles de El Cairo. Se podían ver dos imágenes contrapuestas: por un lado las manifestaciones masivas contra el presidente, en la plaza Tahrir frente al palacio presidencial, y en el lado opuesto las de los seguidores islamistas de Mursi controladas por el ejército. Esta imagen reflejaba claramente la división en dos del país africano.
 
Según informa RTVE, a las 4:30 de la tarde, cuando expiraba el ultimátum que dieron al presidente Mursi, los militares se desplegaron en las calles de Egipto y se produjo un Golpe de Estado: el Ejército tomó el mando. Con los tanques ya en las calles, el ministro de Defensa, Abdel Fattah al Sisi, tomó la palabra en la televisión estatal para anunciar que Moihamed Mursi ya no era presidente de Egipto y que se suspendía la Constitución.

A partir de ese momento, la guardia general anunció que solo obedecería órdenes del general Al Sisi, y nunca más atenderían a las del líder de “Los Hermanos Musulmanes”, Mursi.
 

Al Sisi ha anunciado que formará un gobierno de unidad nacional que asumirá el poder hasta los nuevos comicios y que un comité de expertos propondrá "reformas a la Constitución, que queda provisionalmente suspendida".

No obstante, ha dicho que "el Ejército no quiere permanecer en el poder". El ministro de Defensa, que habló junto al gran jeque Ahmed al Tayyeb, el papa copto Tawadros II y líderes militares, dijo que las Fuerzas Armadas escucharon la voluntad del pueblo, que protestaba contra el gobierno de Mursi, según informa El Mundo.
 

Será el presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adly Mansur, quien asuma provisionalmente la Presidencia de Egipto, en lugar del hasta ahora jefe del Estado, Mohamed Mursi.
 
El ex presidente se encuentra bajo arresto domiciliario, pero no en un domicilio cualquiera, sino en el Palacio Presidencial de El Cairo,  acordonado y custodiado por tanques. La zona en la que se encontraba no se conocía exactamente, pero según informa RTVE, no se le permiten hacer llamadas telefónicas ni si quiera a sus propios familiares. Esto supone el fin del experimento político de “Los Hermanos Musulmanes”  en el gobierno de Egipto.
 
Además hay una lista de 17 personalidades de la cúpula de los  “Los Hermanos Musulmanes” que también se encuentran en arresto domiciliario, según informan agencias de noticias españolas. También hay rumores de que el Portavoz del propio Presidente fue detenido en el aeropuerto cuando intentaba abandonar el país.
 
Por otra parte, la oposición, se reunió ayer por la tarde para tratar de  formar un nuevo gobierno hasta las próximas elecciones, y encargarse del futuro de Egipto.
 
Cómo ocurrió
 
Los blindados del ejército cercaron los feudos islamistas, los barrios donde se manifiestan los seguidores de Mursi.

Los opositores rodearon los edificios presidenciales tratando de cortar el paso. Ambos bandos, partidarios y detractores del presidente, se declaraban dispuestos a derramar su sangre. Ayer era la jornada del ultimátum y nadie estaba dispuesto a ceder.
 

“Al principio pedíamos elecciones anticipadas, pero ahora exigimos que Mursi se vaya y todo su gobierno entre en la cárcel”, decía un joven opositor, según recoge RTVE.  En el otro bando se oían mensajes contrarios: “Que Mursi sepa que estamos con él, hoy mañana y hasta el final de nuestros días” decía un seguidor del presidente.
 
Horas antes del golpe de Estado, Mursi comparecía en televisión, afirmando que estaba dispuesto a pagar con su vida para defender su presidencia, que había sido el resultado de las urnas.  La respuesta del ejército es que derramaría sangre frente a terroristas radicales.
 
Horas después, la oferta de Mursi de formar un gobierno de unidad nacional, no recibía respuesta.
 
A media tarde, una vez que había expirado el ultimátum del ejército, los militares tomaron la televisión estatal.  “El ejército debe arrestar al presidente porque nos está instigando a hacer una guerra civil”, reclamaba un portavoz de los opositores.  Mientras, “Los Hermanos Musulmanes” decían que no iban a aceptar un golpe militar que volviera a traer una dictadura y corrupción.
Unos y otros se culpan de los ataques que han matado a 20 personas, y empieza ahora otra jornada de tensa incertidumbre.
 
La reacción del pueblo egipcio 
Alegría en las calles de El Cairo para los contrarios a Mursi. La fiesta se celebró con fuegos artificiales y caras de alegría. "El Ejército y el pueblo van de la mano", "Eres egipcio, levanta la cabeza" o "Egipto, Egipto" han sido algunos de los cánticos que han retumbado en la plaza, que atestaban decenas de miles de personas. Algunos grupos cantaban el himno nacional y temas patrióticos, mientras otros apuntaban con rayos láser hacia los edificios y los helicópteros militares que sobrevuelan la plaza.
 
"Llevábamos tanto tiempo esperando este momento que ahora que ha ocurrido es emocionante. A Egipto le espera un futuro mejor", contaba a Efe Joyce Saman, con una inmensa sonrisa en la boca.
 
Pero en un Egipto cada vez más dividido del que Tahrir es sólo un símbolo, la alegría sólo llegó a algunos barrios. En la plaza de Rabea al Adauiya, en el barrio de Ciudad Naser, simpatizantes de Mursi deambulaban en silencio y dejaban de ondear sus banderas.

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