América, Política

La oposición unificada derrota a Evo Morales en el Beni

Desde hace rato ya, la popularidad de Evo Morales está en claro descenso. Lo que acaba de suceder en las elecciones para gobernador en el departamento del Beni, en Bolivia, parecería confirmarlo.

La oposición, que concurrió unificada a la referida elección logró derrotar claramente -y de modo inapelable- a la candidata de Evo Morales. Como había ocurrido antes también con un frente opositor unificado, en las elecciones para alcalde en la ciudad de Bermejo, en Tarija. Para Morales, un segundo mal presagio para su posible segunda reelección, en el 2014.
 
En Beni, el candidato opositor, Carmelo Lens, a la cabeza del “Movimiento Nacionalista Revolucionario” (MNR), obtuvo el 52,3% de los votos.
 
La candidata de Morales, Jessica Jordan (una Miss Bolivia, del Movimiento al Socialismo), en cambio sólo un 44%. Otros dos candidatos, de bastante menor envergadura política, se llevaron entre ambos el pequeño saldo restante.
 
Lens, de 45 años, es un novato en el mundo de la política, en el que ingresó recién hace dos años. Proveniente de una familia local dedicada a la pequeña producción de leche, Lens es abogado recibido en Chuquisaca. Hizo una excelente carrera judicial, llegando a ser juez. Al ser electo, fundamentalmente con el voto urbano, la ciudad de Trinidad explotó genuinamente, en ruidosos festejos.
 
Esto sucedió pese a que Morales se puso personalmente a la cabeza de la campaña electoral. Y de esa manera derivó los recursos del Estado y todo su aparato publicitario para tratar de influenciar en la contienda. Sin éxito, queda visto. Ocurre que el pueblo boliviano votó, en Beni, por su propia identidad, encarnada por Carmelo Lens, un verdadero “local”. Confiando en que, de ese modo, recuperaría parte de la autonomía en el manejo de sus cosas, de la que había sido despojado por el gobierno central. Sin chantajes. Es decir sin promesas de obras o dineros a cambio de votos.
 
Evo Morales anunció, luego de su derrota, su predisposición para trabajar juntos con la oposición. Si ello no queda en el plano de la retórica, sería un paso positivo. Democrático. Porque es una forma de estimular el diálogo y de estar dispuesto a escuchar a los demás; lo que no siempre en fácil cuando existe el dejo claramente autoritario que Morales tiene metido en su interior.
 
Hablamos de tolerar. De cambiar ideas. De fertilizar, entonces, a una sociedad variada. Plurinacional. Nada más castrador que los discursos únicos con los que se pretende, a veces, conducir a la sociedad cual rebaño.
 
Como hasta el 2008, el Beni (con Santa Cruz) vuelve a manos de la oposición.
 
 
Emilio J. Cárdenas
Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

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