América, Política

Maduro versus Colombia

Maduro utiliza frecuentemente a Colombia como recurso de distracción política. Desde 2013 ha empleado cualquier pretexto para crear un conflicto.

Nicolás Maduro ha provocado un nuevo conflicto político con Colombia para reforzar su posición interna de cara a los comicios legislativos de diciembre, en los que según las encuestas el gobernante autoritario venezolano lleva las de perder (le hará falta cometer un fraude altamente tropical para renovar una mayoría parlamentaria que hoy asciende a 99 congresistas).

El pretexto para cerrar un tramo de la frontera colombo-venezolana que separa a los estados de Táchira y Norte de Santander es el contrabando de mafias colombianas y el paramilitarismo “vinculado al ex Presidente Alvaro Uribe”. Según Caracas, ambas cosas son parte de un plan para desestabilizar a su régimen en el que participa también “la derecha internacional”. Añade, de yapa, que hay un exceso de migrantes colombianos ansiosos de instalarse en Venezuela en busca de el cuerno de la abundancia.

No, no todo lo que usted acaba de leer responde a la imaginación del venezolano que habla con pajaritos. Claro que hay contrabando; pero el estraperlo se origina en las actividades de muchos militares y policías venezolanos que, con el apoyo de civiles, hacen un buen negocio vendiendo en Colombia, a mejor precio, la gasolina subvencionada que adquieren en Venezuela a precio irrisorio, así como otro tipo de productos controlados por el Socialismo del Siglo XXI.

El incidente en el que murieron hace pocos días tres militares y un civil venezolanos -y que sirvió de gatillo a esta crisis diplomática- tiene todos los visos de haber sido un asunto de mafias enfrentadas.

El paramilitarismo del que habla el ornitológico mandatario venezolano existe también. Pero es sobre todo el de las narcoguerrillas terroristas colombianas que desde el inicio de la revolución chavista han encontrado refugio del lado venezolano de la frontera.

¿De qué manera las medidas adoptadas, entre ellas el estado de excepción en varios municipios, además del cierre fronterizo, atacan el asunto de fondo? De ninguno. Los beneficiarios principales de las medidas que afectan a la población civil pacífica y a los negocios lícitos son precisamente quienes operan en la (semi) clandestinidad. Entre los perjudicados están desde los centenares de civiles deportados hasta los ciudadanos que dependen del carbón colombiano que se exporta a Europa a través de Maracaibo (y por tanto necesita cruzar la frontera).

Maduro utiliza frecuentemente a Colombia como recurso de distracción política. Desde 2013 ha empleado cualquier pretexto para crear un conflicto. Recuérdese, por ejemplo, el caso del diputado Robert Serra, cuya muerte Maduro atribuyó a Alvaro Uribe (pero la realidad apunta, más bien, a razones sórdidas sin la menor relación con Colombia). Cuando el ex jefe de gobierno español Felipe González visitó Caracas invitado por las familias de los presos políticos, Venezuela utilizó el hecho de que saliera de ese país en un avión de la Fuerza Aérea colombiana como excusa para desatar una nueva tormenta fronteriza.

Como la sutileza no forma parte de las virtudes del régimen venezolano, la conexión entre el conflicto externo y la política interna nunca es difícil de establecer. En este caso, el propio Maduro ha confirmado el viejo dicho de que el pez por la boca muere atribuyendo al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quien cumple arresto político en su domicilio, conexiones con el paramilitarismo que ha servido de excusa para el cierre de parte de la frontera.

Maduro pretende reforzar su posición de cara a unas elecciones sumamente complicadas para él y puede estar preparando el terreno para cancelarlas en Táchira, plaza muy contestataria donde varias veces se han originado protestas que han corrido como pólvora por el territorio nacional. Nada nuevo bajo el sol.

Fuente:La Tercera

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