Uncategorized

Severidad judicial ante los saqueos y desórdenes callejeros

En Francia, el vandalismo no es gratis, por cierto. Como debe siempre ser.


En los últimos años, las protestas populares callejeras han proliferado. No sólo eso, además se han vuelto violentas y dañinas, con demasiada frecuencia. La normativa no ha servido de dique de contención y la justicia no ha sido todo lo severa que debió haber sido, como consecuencia de lo cual, la situación no sólo no mejoró, sin que empeoró, constante y sensiblemente, en los más diversos rincones del mundo. Y la violencia creció y se expandió, como si fuera un elemento normal de las expresiones abiertas de disconformidad.

Francia ha comenzado a reaccionar, desde la justicia, contra este deplorable fenómeno. Un nuevo fallo así parece sugerirlo. En Paris.

Con motivo de una protesta que ocurriera en diciembre de 2018, uno de los revoltosos se apoderó de un chaleco policial que estaba en un furgón atacado con bengalas y, simplemente intentó quedarse con él. A la manera de “trofeo”.
No obstante, atrapado que fuera, acaba de ser condenado a una pena de prisión de cuatro años, con dos años en suspenso.

Antes de que la condena fuera finalmente pronunciada, el procesado había estado ya catorce meses en prisión preventiva. Por esto, no seguirá encerrado, pero deberá portar una pulsera electrónica, durante dos largos años, para que se sepa siempre “dónde está”.

A lo que se suma la obligación de tomar un curso pedagógico sobre conducta ciudadana, para que aprenda a respetar debidamente a los policías y a todos los guardianes del orden. Y pagar, asimismo, una multa de 8.400 euros.

En Francia, el vandalismo no es gratis, por cierto. Como debe siempre ser.
 
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
 

// OTROS TEMAS QUE TE PUEDEN INTERESAR

// EN PORTADA

// LO MÁS LEÍDO

// MÁS DEL AUTOR/A

Menú