Política

Un billón de petrodólares para Hezbolá

Hezbolá está sufriendo dos cambios importantes. Ambos cambios auguran mayor violencia cortesía de la red terrorista global de patrocinio iraní.

Walid Phares
Hace algunas semanas, artículos publicados en todo el mundo informaron de que Hezbolá está sufriendo dos cambios importantes. Ambos cambios auguran mayor violencia cortesía de la red terrorista global de patrocinio iraní.  

 

El primer cambio es una remodelación en las responsabilidades de la directiva. Una información publicada originalmente en el diario de propiedad saudí al Sharq al Awsat reza que la oficina del ayatolá Jamenei ha designado al secretario general en funciones, el jeque Naim Qassim, como el nuevo mando supremo de las fuerzas de Hezbolá y representante personal del ayatolá en el Líbano. El jefe Hassán Nasralah, según esta información, seguirá siendo el Secretario General de la organización. Las fuentes indican que este cambio en el control y las instancias de mando se debe a “diferencias de opinión” entre Narsralah y Qassim.  

 

El brazo mediático de Hezbolá se apresuraba a negar la veracidad de esta remodelación. Pero los observadores con conocimiento directo de la estructura interna de la milicia afirman que Jamenei sí ordenaba cambios en las estructuras de Hezbolá, pero no a causa de diferencias entre sus líderes. Las fuentes afirman que se debe a los preparativos de una próxima maniobra potencialmente masiva por parte de Hezbolá encaminada a lograr más poder en el Líbano antes de un inminente enfrentamiento con el gobierno libanés y Naciones Unidas con motivo del proceso de su desarme.  

 

Las fuentes están seguras de que el asesinato del Brigadier General Francois Hajj, director de operaciones del ejército libanés, fue otra medida preventiva ordenada por el mando jihadista iraní en el Líbano. Hajj iba a ser designado para convertirse en el próximo comandante del ejército libanés. Este último iba a desplegarse a lo largo del Líbano, y con el tiempo comenzaría la incautación del armamento. De ahí que, sostienen los observadores, se diera la orden sirio-iraní de prevenir y eliminar a un hombre que se podría haber convertido en el mando militar que ordenara desarmar a Hezbolá. Esto es comparable a la eliminación por parte de Al Qaeda de Masoud Shah en septiembre de 2001, justo antes de los ataques del 11 de Septiembre. Por tanto preocupa que el asesinato y los ajustes dentro de la organización puedan ser el preludio a una maniobra dramática por parte del grupo del terror financiado por Irán. Lo cual conduce a la otra información importante revelada por el al Shaq al Awsat y difundida por el influyente periódico libanés al Nahar.  

 

El segundo cambio importante según estas informaciones acerca de Hezbolá es un gigantesco incremento en su presupuesto anual, sufragado desde Teherán. La financiación de Hezbolá se incrementa de 400 millones de dólares americanos, a 1000 millones. Este salto meteórico permitirá que la organización aplaste a cualquier detractor suyo dentro del Líbano y tome parte en operaciones mundiales contra las democracias occidentales y los estados árabes moderados. Según expertos en el Líbano, la cifra de 400 millones de dólares era suficiente para cubrir cientos de centros sociales y miles de salarios, garantizando el control total sobre la comunidad chiíta, sus representantes en el Parlamento, y la compra mediante sobornos de una influencia significativa dentro de las comunidades sunita, drusa y particularmente la cristiana. Solamente 100 millones de dólares podrían sufragar las actividades de los movimientos opuestos a la Revolución de los Cedros y el gobierno de Seniora, elegido democráticamente.  

 

Hezbolá obtuvo el apoyo en los distritos electorales cristianos y ha puesto en marcha medios de comunicación por todo el país. Otros 30 millones suponen enorme presión sobre los soldados y oficiales de las diversas instancias de defensa y seguridad. En contraste, las ramas del gobierno y el ejército se han visto privadas de apoyo financiero sólido procedente de fuera del país. Aquellos que se levantaron contra la ocupación de Siria procedían principalmente de los segmentos pobres y oprimidos de la sociedad civil. Y aquellos que se atreven a oponerse al dominio del país por parte de Hezbolá carecen de los medios básicos de una ONG. La confrontación es totalmente desequilibrada. Irán ha derrochado 400 millones de petrodólares para obligar a retroceder a la Revolución de los Cedros, al tiempo que ésta es altamente elogiada a ultramar, pero no es receptora de fondos de apoyo a la libertad.  

 

Si 400 millones de dólares han podido comprar a Hezbolá un lugar de privilegio bajo el sol del Líbano, ¿qué harán 1000 millones de dólares? Los observadores en el Líbano responden: “cualquier cosa que le apetezca“. En la práctica, los gurús de la presunta “resistencia” han sido capaces de crear canales alternativos de radio y televisión, poner en marcha varios diarios, sufragar una protesta constante por todo el centro de Beirut, y lo que es más importante, alcanzar la categoría de potencia internacional. A lo largo del año pasado se sabe que el pulpo de financiación iraní habría contratado a compañías de relaciones públicas de Beirut hasta importantes capitales con el fin de emprender la madre de todas las guerras de ideas, no solamente contra la vulnerable Revolución de los Cedros en el Líbano sino también en defensa de la estrategia nuclear de Ahmedinijad. En la práctica, las noticias lanzadas desde Teherán no puede contar con demasiada credibilidad, pero informaciones y análisis procedentes de docenas de páginas web neutrales en apariencia o difundidas desde fuentes periodísticas fiables pueden suponer una devastación en Occidente. ¿Y qué mejor trampolín a utilizar que Beirut, la capital cultural del mundo árabe? Todo lo que tiene que hacer la organización financiada por Irán es duplicar, por no decir triplicar, los ingresos de cualquier persona de interés en cualquier sector de elección: medios de comunicación, el estamento académico, el ejército, las consultoras, la Inteligencia, etc. tanto en el Líbano como en todo el mundo, incluyendo Estados Unidos si es necesario.   

 

1000 millones de dólares dedicados a Hezbolá en el Líbano tendrán su reverberación en lugares tan lejanos como Argentina o Detroit. No existe ninguna fuerza nativa en el Líbano que pueda equilibrar esta marea de dinero, ni siquiera la décima parte de él. Tal es el petro-poder de Irán desplegado en el Mediterráneo Oriental no para construir orfanatos locales de movimiento social.

  

Hace un mes me encontraba participando en un programa de debate en Al Yazira frente a uno de los coordinadores de la propaganda iraní en el mundo árabe. Se me preguntaba el motivo de que Estados Unidos mantenga un destacamento de la Marina en Oriente Próximo. “¿Dónde está la flota de Irán?“, me preguntó. Respondí que el régimen iraní mantiene una flota terrestre: “Los 30.000 proyectiles de Hezbolá y sus millones de dólares constituyen la flota iraní“, respondí.

 

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