Javier Milei, pese a su extraña “facha” personal y a su muy peculiar forma de comunicar, es ya un positivo -e interesante- “milagro” político.
// OTROS TEMAS QUE TE PUEDEN INTERESAR
Viernes, 04 de octubre 2024
Javier Milei, pese a su extraña “facha” personal y a su muy peculiar forma de comunicar, es ya un positivo -e interesante- “milagro” político.
Alguna vez le pregunté, muy respetuosamente, al ex presidente Carlos Menem acerca del porqué de sus muy absolutamente inusuales “patillas” y me contestó, de inmediato: “para que todos me miren y me identifiquen en el acto”. De otro modo, agregó, “sería un lejano desconocido riojano”. “Un nadie”.
Esto es, en otras palabras: “para ser popularmente reconocido”. Lo mismo se podría probablemente decir hoy de Javier Milei y, en particular, de su leguaje, con alguna frecuencia, más que “chocante”.
Es cierto, Javier Milei, pese a su extraña “facha” personal y a su muy peculiar forma de comunicar, es ya un positivo -e interesante- “milagro” político.
Con una consecuencia absolutamente clave, que no puede dejar de señalarse: ha sacado del fracasado -y groseramente perimido- “relato” de la izquierda a buena parte de nuestra juventud, que parece haber, en cambio, adoptado -en gran medida- el coherente mensaje político, esencialmente liberal, de Javier Milei, ciertamente muy parecido al de Juan Bautista Alberdi, aunque quizás con otro ropaje, escrito y verbal. Porque transitamos otros tiempos, es obvio.
Particularmente, si quiere, seriamente, tratar de dejar atrás de una vez, nada menos que siete tristes décadas argentinas seguidas de sostenida decadencia política; fenómeno muy lamentable, que ha puesto a la nación toda en una muy fea trayectoria: “barranca abajo”, que debemos revertir, sin demoras.
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
// OTROS TEMAS QUE TE PUEDEN INTERESAR
// EN PORTADA
// LO MÁS LEÍDO
// MÁS DEL AUTOR/A