América, Política

En Nicaragua: Daniel Ortega y Rosario Murillo se perpetúan en el poder

“En Nicaragua, como también en Cuba y Venezuela, se ha instalado abiertamente el autoritarismo”.


 
Encarnado allí por Daniel Ortega y su patológica esposa, la ambiciosa y poco agraciada Rosario Murillo, dueños ambos del país, política y económicamente. Todos sus principales competidores están presos, incluyendo a Cristiana Chamorro, la hija de la ex presidente, Violeta Barrios de Chamorro.
 
Ortega era por cierto el “caballo del comisario”, Y era, asimismo, el propio “comisario” también. Imposible perder. Pero de democracia y transparencia: nada. Absolutamente nada.
 
Los dos Ortega tienen más de 70 años y están enquistados en el poder de manera absolutamente enfermiza. Por esto Nicaragua es aún, claramente, el país más pobre de América Central.
 
En el que será su cuarto mandato presidencial sucesivo, los Ortega “obtuvieron” el 75% de los sufragios, con una cuestionada tasa de participación popular, del 65%.
 
Los EEUU calificaron a la elección nicaragüense de mera “pantomima”. Y fue y es efectivamente así. Para el sarcástico Nicolás Maduro estamos, en cambio, frente a una derrota más del “imperialismo”.
 
Los Ortega “organizaron” cuidadosamente las elecciones. Lo que, entre otras cosas, supone llevar descaradamente a votar, en ómnibus, a sus partidarios, pasando lista. Y luego recompensarlos abiertamente, con los llamados “planes sociales”. Con “platita”, entonces. Como entre nosotros, en algunos muy poco visibles rincones del país.
 
Los Ortega, como era ciertamente “de cajón”, no permitieron la presencia de observadores internacionales, ni tampoco el actuar de veedores independientes. Y la oposición boicoteó los comicios, sugiriendo a sus huestes quedarse simplemente en sus casas.
 
Lo cierto es que, tras los sangrientos episodios del 2018, que generaron más de 300 muertos y unos 100.000 exiliados, los Ortega han consumado una obviamente tramposa estrategia para permanecer en el poder, disfrazados (mal) de demócratas. Por un nuevo período presidencial más.
 
Vergonzoso. Pese al mal disimulado apoyo a los Ortega de Cristina Fernández de Kirchner y de sus partidarios. Que para muchos argentinos es algo bien triste, realmente.
 
(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.
 

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