América, Política

En la OEA, nueva elección del secretario general el 20 de marzo próximo

El próximo 20 de marzo se designará, a través de una elección que promete ser reñida, al próximo Secretario General de la Organización de Estados Americanos. El actual, el ex canciller izquierdista uruguayo, Luis Almagro, pretende una nueva reelección, con el aparente apoyo de los EEUU y de Colombia.


Contra él compiten un candidato peruano, diplomático de carrera, Hugo de Zela y una candidata ecuatoriana, ex canciller de su país, María Fernanda Espinosa. El peruano propone diversificar el andar de la organización al que califica de demasiado concentrado en Venezuela. Como si eso fuera factible. Cuba y Venezuela son los dos grandes problemas de la región. Excluyentes por sus implicancias.

Espinosa, por su parte, nada dice, ni propone, que sea demasiado nuevo. Nada. Pero en su derredor (cuándo no) hay un episodio particularmente extraño. Ella dice ser graduada, con un presunto doctorado pretendidamente conferido por la Universidad de Rutgers, en los EEUU. Pero ocurre que la mencionada Universidad no está de acuerdo con ello y, curiosamente, “no la tiene en sus archivos, ni registros”. Raro, por lo menos.

Esto último nos recuerda aquello tan antiguo de que el primer paso de la ignorancia es el de simular saber. Ojalá que el tema referido se aclare pronto, debidamente. Para bien de todos. Candidatos e institución.

Todos los candidatos pujan naturalmente por los necesarios 18 votos (sobre 34 votos posibles, desde que Cuba es integrante, pero no participa en la OEA desde 1962, pues los principios básicos de la OEA son democráticos y la tiranía de Cuba que hoy se ha apoderado de Venezuela y de sus recursos no lo es, en modo alguno) que son los respaldos que son el mínimo apoyo siempre imprescindible.

El “caballo del comisario” es hoy, probablemente, una vez más, el sorprendentemente “convertido” Luis Almagro, cuya “conversión” irrita ciertamente a la izquierda regional. Sobremanera. Y es explicable.

Una elección, queda visto, con todos sus posibles bemoles, que puede aún derivar en episodios de aquellos a los que se denomina “para alquilar balcones”. Ojalá no sea así. La OEA necesita recuperar protagonismo. Y la consiguiente seriedad. Es muy evidente.
 

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.

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